Llega el verano, y sacar a los niños del agua en playas y piscinas se convierte en toda una hazañ. Justamente el exceso de humedad es lo que origina la tan común y molesta otitis, un problema que con mayor frecuencia afecta a los menores de edad en esta época.

“Existen distintas infecciones de oídos, pero hay una muy común en esta época: la otitis externa, llamada también otitis de nadador u otitis de la piscina. Debe este nombre a que su principal causa es pasar demasiado tiempo en la piscina o en contacto con agua. A veces, ocasiona un dolor tan grave que se siente incluso con solo tocar el lóbulo de la oreja”, explica el fonoaudiólogo Luis Ortega, responsable de Calidad, Formación y Audiología en GAES, quien también afirma que el mejor recurso es la prevención.

Según el especialista, éstas son algunas de las precauciones que cada padre debe tomar para evitar que su hijo sufra la enfermedad.

- El método principal es secarse bien las orejas al salir del agua: Para esto, se recomienda “inclinar la cabeza de los niños hacia ambos lados para que el agua salga”. También se puede utilizar un secador de pelo.

- No se deben meter objetos en los oídos:
como los cotonitos, ya que los oídos “se limpian solos” de la cera que contienen y no hace falta ninguna maniobra para extraerla. El uso de cotonitos para limpiar el oído, presenta dos riesgos tanto para niños como para adultos: por un lado, la posibilidad de que, más que sacar la suciedad, la empuje hacia dentro y se genere una acumulación de bacterias en el interior del oído, lo que favorecería las infecciones; y, por el otro, una aplicación inadecuada, con demasiada fuerza, podría dañar el tímpano.

- Proteger los oídos de los niños con gorros: En pequeños propensos a contraer otitis, es conveniente el uso de gorros y tapones para la práctica de la natación.

- Higiene: Procurar que el sitio donde el pequeño se bañe y, en general, el agua con la que entre en contacto, cumpla con las necesarias condiciones de higiene.

Contagio

El fonoaudiólogo de GAES, aclara que la otitis de piscina no es contagiosa, así que no se contrae porque un niño se haya bañado junto a otro con la infección. El experto, indicó que de todas maneras hay que estar atentos a ciertos síntomas que indican que es hora de consultar a un otorrinolaringólogo.

- Si pese a las medidas preventivas, el menor contrae otitis externa, se nota por los picores en el oído o en el conducto auditivo. Pero el principal síntoma de la otitis externa es el dolor, en ocasiones tan intenso que se siente al tocar la oreja, cuando el niño mastica o hace fuerza.

- También suele ocurrir que el conducto del oído se ponga rojo y que se hinche, al igual que los ganglios que están delante. Esto puede causar, además del dolor, una sensación de oídos tapados o de sordera temporal. Y, a veces, el oído segrega un líquido de color claro que luego se torna más espeso y amarillento.