La autopsia realizada a un joven negro desarmado que falleció en agosto a manos de dos policías blancos de Los Ángeles, que fue difundida este lunes por las autoridades, muestra que el chico recibió tres disparos por detrás, dos de ellos mortales.

El informe forense, al cual la AFP tuvo acceso, señala que Ezell Ford, de 25 años y que padecía problemas psicológicos según sus allegados, fue baleado en la espalda, el brazo y el abdomen.

El joven tenía restos de marihuana en su cuerpo, así como la marca del cañón de la pistola en la espalda, lo que sugiere que se le disparó a “una distancia muy corta”.

Ford falleció la noche del 11 de agosto, dos días después de Michael Brown, un adolescente negro que sucumbió a los disparos de un agente blanco en Ferguson (Misuri) y cuya muerte volvió a abrir las heridas raciales en Estados Unidos.

Durante los días posteriores al deceso de Ford se desencadenaron varias manifestaciones pacíficas que forzaron al alcalde angelino Eric Garcetti a comprometerse a difundir los resultados de la autopsia antes de que terminara el año.

El jefe de la policía de Los Ángeles, Charlie Beck, explicó en una rueda de prensa que “el informe de la autopsia no tiene nada de incoherente con la versión” de los policías involucrados, Sharlton Wampler y Antonio Villegas.

Beck precisó que la investigación “sigue abierta” y pidió la colaboración de posibles testigos para contrastar su versión con la de los policías.

El testimonio de los agentes señala que Ford caminaba de forma “sospechosa” por una calle del sur de la ciudad y parecía “esconder algo entre sus manos”, según las palabras de Beck.

Ambos agentes alegan que cuando le siguieron a pie, el joven quiso escaparse pero finalmente dio la vuelta y tiró al suelo a uno de ellos, desencadenando la actuación policial.

La familia de Ford, su abogado y testigos citados por la prensa local niegan que el joven se peleara con los agentes ni que su comportamiento fuera agresivo.

Beck precisó que Wampler y Villegas han sido apartados de las tareas de patrullaje a la espera de que el fiscal del distrito decida abrir una causa en su contra.

El abogado de los Ford, Steve Lerman, dijo a la AFP que la autopsia es “un acto de acusación horrible sobre el uso injustificado de la violencia“.

“No hay testigos porque la policía les está intimidando”, agregó Lerman, sobre lo que parece “una ejecución”, teniendo en cuenta la marca de la pistola en la espalda del joven.

La asociación en defensa de los derechos de las minorías, Los Angeles Urban Policy Roundtable, alentó a la fiscalía a imputar a los policías.

“La autopsia calificó de homicidio la muerte de Ford y las heridas de bala en su espalda dan una importante idea de que no pudo oponer resistencia a los agentes” o “atacarles”, defendió en un comunicado el presidente de la organización, Earl Hutchinson.