Los habitantes de Rangún, capital económica de Birmania, acudieron a las urnas este sábado para las primeras elecciones municipales en seis décadas, en las que sólo puede participar un número restringido de votantes.

Estas elecciones son el primer test de credibilidad democrática para el país de cara a las legislativas previstas en noviembre de 2015.

Birmania estuvo dirigida durante medio siglo por una junta militar que se autodisolvió en 2011.

Solamente 400.000 de los cinco millones de habitantes de la ciudad pueden votar este sábado y los candidatos están sometidos a cláusulas estrictas.

Sólo una persona por familia está autorizada a depositar su voto en las urnas. Además, los candidatos tienen restricciones de edad y los partidos políticos no pueden participar en los comicios.

La campaña electoral ha brillado por su ausencia, en un país donde los políticos no están acostumbrados a tener que convencer al electorado ni a presentar sus ideas.

Pese a todo, muchos votantes parecían dispuestos a votar después de años de dictadura militar.

“No sé nada de los candidatos. Acabo de descubrir sus nombres votando”, contó a la AFP Phone Maw Lynn, un residente de Sanchaung que espera que el voto permita “cambios importantes”.

“Es muy difícil tener grandes expectativas porque son las primeras elecciones municipales en 60 años”, explicó Khin Maung Tun, de 50 años, a la AFP.

Los votantes pueden elegir entre casi 300 candidatos. Entre ellos destacan hombres de negocios, funcionarios jubilados y activistas, que rivalizan por 115 puestos en un comité en el que la mayoría de los cargos son por nombramiento.

Es la segunda votación más importante desde las elecciones de 2010, que estuvieron salpicadas por acusaciones de fraude generalizado y por la ausencia del partido de oposición de la premio nobel de la paz Aung San Suu Kyi que boicoteó los comicios.

En 2012, las elecciones celebradas en un puñado de circunscripciones fueron consideradas mucho más libres y permitieron a Suu Kyi entrar en el parlamento por primera vez.

En noviembre se celebrarán legislativas, pero por el momento Aung San Suu Kyi no podrá ser presidenta en virtud de un artículo de la Constitución que impide a un ciudadano casado con un extranjero o con hijos de nacionalidad extranjera ser candidato a la presidencia.

La política estaba casada con un británico y sus hijos son británicos. Su partido parte como favorito para los comicios de noviembre.