“Es una reforma medianamente buena”. Así definió la directiva de la Central Unitaria de Trabajadores, la CUT, la reforma laboral que el Gobierno presentará el próximo lunes.

Los ministros de Hacienda, Alberto Arenas, y Trabajo, Javiera Blanco, precisaron los contenidos de la propuesta y ratificaron que gran parte de las demandas de la multisindical se incluirán en el proyecto que se enviará al Congreso.

Por ejemplo, se termina con el reemplazo en huelga con trabajadores internos o externos, y se establece la titularidad con la siguiente fórmula: el sindicato es el único que puede extender los beneficios logrados en la negociación colectiva; el empleador lo puede hacer, siempre y cuando tenga el consentimiento de la agrupación sindical.

También se modificarán los artículos 159 y 161, que regulan las causales de despido, estableciendo ambas normas como prácticas anti sindicales cuando se utilizan después de la negociación colectiva.

Estos puntos fueron destacados por la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, quien recalcó, de todas formas, que quedan temas pendientes.

Los temas pendientes son incluir en la ley de pisos mínimos el reajuste por IPC y la negociación inter empresas, específicamente la posibilidad de negociar de forma sectorial.

Fuera de la reforma laboral quedará el artículo 384, que impide a los trabajadores de empresas estratégicas adherir a la huelga. La CUT manifestó su molestia, además, con la ampliación de las materias objeto de negociación.

Bárbara Figueroa, militante del Partido Comunista, respondió los cuestionamientos de los presidentes de la UDI, Ernesto Silva, y de Renovación Nacional, Cristián Monckeberg, quienes llamaron al Gobierno a perderle el miedo a la CUT y al PC en la elaboración de la agenda laboral.

La presidenta de la Central afirmó que esas palabras buscan generar temor en los trabajadores. El presidente del PC, Guillermo Teillier, también contestó, asegurando que la situación es distinta y que es Chile quien le perdió el miedo a la derecha.

Guillermo Teillier, junto a las directivas de los partidos de la Nueva Mayoría, se reunieron, también, con lo ministros de Hacienda y Trabajo, donde ratificaron que la reforma laboral debe estar aprobada, idealmente durante el primer semestre de 2015.

El presidente del Partido Socialista, Osvaldo Andrade, recordó que hubo, a su juicio, una campaña de empresarios y la Alianza para que el proyecto se postergara, cosa que no ocurrió, lo que fue tomado como un triunfo por el parlamentario.

La CUT no descartó acompañar la tramitación de la reforma laboral con movilizaciones, aunque enfatizó que eso lo debe definir el Consejo Directivo Ampliado, durante la primera quincena de enero.