El Kremlin publicó el viernes la nueva versión de la doctrina militar de Rusia, aprobada por su presidente Vladimir Putin, que apunta a la OTAN como una amenaza fundamental para la seguridad del país.

La doctrina se inquieta por el “refuerzo de las capacidades ofensivas de la OTAN directamente en las fronteras rusas, y las medidas tomadas para desplegar un sistema global de defensa antimisil” en Europa oriental.

La divulgación de esta doctrina rusa se produce poco después de un muy simbólico voto en el parlamento ucraniano sobre el abandono del estatuto de país no alineado, una decisión que le permitirá a Ucrania en un futuro pedir su adhesión a la OTAN.

Moscú condenó claramente la decisión del parlamento ucraniano. “De facto, se trata de una demanda de adhesión a la OTAN, lo que transforma a Ucrania en un adversario militar potencial de Rusia”, declaró el lunes pasado el primer ministro ruso, Dimitri Medvedev.

Además Rusia ha denunciado varias veces la decisión de la Alianza de posicionar tropas en varios países miembros que tienen fronteras con Rusia, como es el caso de los países bálticos o Polonia.

Sin embargo, el carácter defensivo de la doctrina militar rusa es conservado, y se pone el acento en que una intervención militar de Rusia estaría condicionada a que todas las soluciones no violentas hayan sido agotadas.

También se indica que la “probabilidad de una guerra de envergadura contra Rusia ha disminuido”.

Rusia se reserva sin embargo el derecho de utilizar su arsenal nuclear en caso de agresión contra ella o sus aliados o en caso “de amenaza para la existencia misma del Estado”. En cambio el término de “ataque preventivo” no aparece, contrariamente a lo que afirmaban ciertos medios rusos.