El ministro de Hacienda, Alberto Arenas, reconoció, en el balance anual de su cartera, que no está conforme con el crecimiento de la economía y que el debate de la reforma tributaria ha sido el momento más complejo de su gestión. Expertos concordaron en que Arenas ha cometido errores que le han impedido convertirse en un actor confiable, atributo clave para el cargo.

Diez logros alcanzados durante sus primeros 9 meses en el Ministerio de Hacienda, destacó Alberto Arenas al entregar el balance anual de la cartera.

Los más relevantes fueron la colocación de bonos, la Ley de Presupuesto 2015, la capitalización de Banco Estado y Codelco, además de la agenda legislativa, que se tradujo en la aprobación de 10 proyectos de ley.

Alberto Arenas subrayó, además, las medidas pro inversión para dinamizar la economía y la aprobación del cuestionado Mecanismo de Estabilización de Precios de los Combustibles, el Mepco.

El ministro de Hacienda reconoció que la tramitación de la reforma tributaria es, hasta el momento, el capítulo más complejo de su gestión; pero, a su vez, uno de los más destacados por el acuerdo transversal con el que se aprobó.

Arenas aspira a que el debate tributario sea una referencia para los actores políticos y sociales que se preparan para la discusión de una nueva reforma: la laboral. “El llamado es a dialogar y avanzar con acuerdos”, pidió el ministro.

Esta invitación, según el economista Víctor Salas, es un avance, pero demuestra uno de los defectos con los que Arenas inició su gestión: la ausencia de diálogo.

La falta de diálogo con la que Arenas aborda los debates públicos dice relación con su soberbia. Así lo señaló la cientista política Francisca Quiroga, quien afirmó que si bien el ministro de Hacienda posee las credenciales académicas, su gran mérito es ser parte del círculo cercano de Michelle Bachelet.

Sin embargo, Arenas no ha desarrollado vinculación con los presidentes de los partidos, con el mundo social, ni con los empresarios, agregó la académica de la Universidad de Chile, quien descartó, de todos modos, que el secretario de Estado salga del Gabinete.

Como parte de su balance anual, Alberto Arenas manifestó que no está conforme con el crecimiento y que lo estará sólo cuando la economía esté creciendo a su PIB potencial, es decir, a un ritmo de 4 a 4,5 por ciento.