El papa Francisco estableció este lunes un catálogo de enfermedades que amenazan a la Curia, entre ellas un “alzheimer espiritual”, en un discurso de una severidad sin precedentes en el que condenó la mundanidad, las rivalidades, las calumnias o la cizaña.

En su discurso anual a los miembros de la Curia (gobierno de la Iglesia) el papa argentino les exhortó a preparar el sacramento de la confesión antes de Navidad.

Afirmó que como “cualquier cuerpo humano” la Curia sufre de “infidelidades” al Evangelio y de “enfermedades”, que hay que aprender a “curar”. Luego les anunció que iba a exponer “un catálogo” de estas enfermedades y faltas para que la Curia sea “cada vez más armoniosa y unida”.

El Papa citó a quince de estas enfermedades, usando expresiones impactantes como “alzheimer espiritual”, “terrorismo de las habladurías”, “esquizofrenia existencial”, “exhibicionismo mundano”, “narcisismo falso”, “las rivalidades por la gloria”, los “rostros fúnebres” o “la orquesta que emite falsas notas”.

“La curación es fruto de la toma de conciencia de la enfermedad”, concluyó el Papa, y exhortó a los obispos y cardenales a que permitan que el “Espíritu Santo” inspire sus acciones, en lugar de fiarse únicamente a sus capacidades intelectuales.

“Los sacerdotes son como los aviones. Están en primera página cuando caen”, dijo, sin referirse en ningún momento a nadie en particular.

Después de este discurso, recibido como una ducha fría, Francisco saludó uno a uno a todos los cardenales, en un ambiente tenso, pese a las amabilidades de fachada.

Francisco lleva a cabo desde su elección en marzo de 2013 una profunda reforma de la Curia, que se topa con numerosas oposiciones internas y suscita muchas inquietudes.