Varias decenas de organizaciones de exiliados cubanos rechazaron este sábado la “traición” del gobierno de Barack Obama de negociar con la “dictadura” en Cuba, en una concentración en Miami a la que asistieron opositores de la isla y el connotado anticastrista Luis Posada Carriles.

Con banderas cubanas y estadounidenses, dos centenares de personas, según cálculos de la policía, manifestaron en el parque José Martí -héroe nacional cubano- en la Pequeña Habana, tradicional barrio de la comunidad de la isla en Miami, Florida.

“Con los bandidos no se puede hacer negocios. Nadie puede hacer negocios con los delincuentes, con los asesinos, con los narcotraficantes y esos son Raúl y la caterva que tiene al lado”, dijo a periodistas Posada Carriles, el radical anticastrista de 86 años quien vive en Miami.

Cuando Obama anunció el miércoles que normalizaría las relaciones con Cuba después de medio siglo de hostilidades, “me sentí muy triste”, dijo Posada Carriles, acusado por Cuba y Venezuela de varios atentados, entre ellos la explosión de un avión comercial cubano en 1976 que dejó 73 muertos.

Los manifestantes, en su mayoría personas de mediana y avanzada edad, gritaron eslóganes como “Viva Cuba libre”, “Abajo los Castro” y “Obama traidor”, e hicieron un minuto de silencio por los “mártires” de 50 años de lucha contra La Habana.

Estas organizaciones temen que el anuncio de Obama de restablecer relaciones diplomáticas, facilitar el comercio, los viajes y envío de remesas hacia Cuba rescaten económicamente al gobierno de La Habana y lo afiancen en el poder.

“Esto solamente beneficiará al régimen de los hermanos Castro, para nada va a ser un cambio a favor del pueblo cubano”, dijo a la AFP Leticia Ramos, de las opositoras Damas de Blanco, quien indicó que el domingo regresará a Cuba donde seguirá “defendiendo los derechos humanos hasta que haya un cambio radical”.

“Me sentí traicionado por mi gobierno, me traicionó como estadounidense y como cubano, en ambos sentidos me sentí ofendido por este presidente”, dijo José Ignacio Jiménez, de 52 años, cubano emigrado a Estados Unidos a corta edad en 1965.

Carlos Curbelo, uno de los líderes locales que se dirigió al público, prometió que desde el Congreso estadounidense, donde será representante a partir de enero, resistirá el acercamiento a Cuba.

Esta fue la primera protesta organizada por el exilio más duro en Miami, donde reside alrededor de la mitad de los dos millones de cubanos en Estados Unidos, una población heterogénea que según encuestas desde hace años favorece en su mayoría un acercamiento a la isla.

Mientras miembros de las primeras generaciones de exiliados mantienen una postura intransigente, los más jóvenes y llegados en décadas recientes, inmigrantes más por razones económicas que políticas, suelen apoyar contactos entre ambos países que les permitan incrementar la ayuda a sus familiares en Cuba.