El director de Greenpeace Internacional, Kumi Naidoo, declaró este viernes ante la Fiscalía sobre el daño causado a las milenarias líneas de Nasca por activistas de esa ONG.

El ingreso de Naidoo a la segunda fiscalía provincial de Nasca, a 460 kms al sur de la capital peruana, se produjo en medio de abucheos y gritos de la población, que pedía cárcel para los culpables.

A su salida de la fiscalía el dirigente fue protegido por un cordón policial. Naidoo guardó silencio sobre la entrevista con la fiscal Velia Begazo, que lo interrogó por más de tres horas, según informó la prensa local.

La fiscal Begazo acusa a los activistas de delito contra el patrimonio cultural en la modalidad de atentado contra los monumentos arqueológicos, castigado con penas de hasta 8 años de cárcel.

El director de Greenpeace dijo el jueves en la noche que propuso al ministerio de Cultura pagar una indemninzación por el daño causado a las líneas de Nasca, durante una acción ilegal realizada el 8 de diciembre, sin precisar el monto.

Señaló que entregará a la fiscalía una lista con los nombres de los responsables de la acción contra las líneas de Nasca, declaradas por la Unesco patrimonio cultural de la humanidad en 1994.

Los activistas colocaron, en un área de 40m2 donde está localizado el popular geoglifo del colibrí, 45 telas amarillas con el mensaje: “Time for change! The future is renewable, Greenpeace” (Tiempo de cambio! El futuro es renovable, Greenpeace).

Las líneas, ubicadas en las pampas de Nasca, en la sureña región de Ica, son geoglifos de más de 2.000 años con figuras geométricas y de animales, que sólo pueden ser apreciadas desde el cielo. Su real significado es un enigma: algunos investigadores las consideran un observatorio astronómico, otros un calendario.

Las autoridades peruanas anunciaron el martes que solicitarán la extradición de los activistas, por atentar contra el patrimonio cultural.