El seleccionado nacional, Daniel González, conversó con Bío Bío sobre sus proyectos como futbolista, su lucha personal por alcanzar sus sueños

Orgulloso, como todo O´Higginiano, de los colores que lo bañan: “gracias a Dios, que me dibujo un corazón celeste al nacer”. También reforzado por las preferencias de su familia, que se esfuerza día a día para que el capitán de la rojita sub 17, Daniel González, viaje y entrene, desde Rancagua a Quilín junto a sus compañeros y se consagre como uno de los futuros jugadores de recambio de la selección chilena, son los mayores motivos que lo hacen dejar todo en la cancha.

El talento del rancagüino comenzó a florar cerca de los 11 años, mascando la tierra todos los fines de semanas por su club de barrio, “Los hermanos Veras”. Con buenas pichangas amateur, González comenzó a prender de la bravura y sacrificio del fútbol.

“Este hermoso deporte siempre me gustó, pero debo confesar que fue un amigo quién me motivó; yo no iba tan convencido a ir a probarme a los “Capos de Provincia”, siempre creía que mi incursión en el fútbol llegaría a nivel amateur”, comentó el capitán.

González fue creciendo futbolísticamente con los gritos de apoyo de la “Trinchera Celeste”, “son fieles como barra”, además de ver como sus compañeros crecían y eran llamados a la selección chilena juvenil. “Yo estaba muy impaciente, no me daban la oportunidad de entrenar con la rojita y eso me tenía muy ansioso”, confesó.

Hasta que en una mañana, la menos pensada, recibió la noticia de que fue llamado para probarse y entrenar en la selección inferiores de la selección chilena. “Ya van dos años en que estoy en la rojita y hace 12 meses que el profe me dio la responsabilidad de ser capitán de mis compañeros. Estoy contento por mi evolución”, nos dijo un emocionado rancagüino.

Capitán dentro y fuera de la cancha

Para enfocarse 100% en sus entrenamientos y lograr ser unos de los mejores futbolistas de la historia, Daniel González da exámenes libres en el Instituto Manuel de Salas, “sino era futbolista, hubiese sido preparador físico, siempre me ha gustado el deporte”. Sin embargo, a pesar de no ir a clases, no significa que no tenga responsabilidades que cumplir.

“A pesar que no voy a clases, igual me levanto temprano para ayudar a mi mamá, somos cinco hermanos, entonces usted se imaginará que es harta pega en la casa”, nos comentó el joven futbolista. Quién tipo 10.00 am ya ha terminado de tomar desayuno y queda listo y dispuesto para hacer las tareas hogareñas que la mama le mande.

La familia de González es de esfuerzo, trabajadora y eso lo tiene muy claro el joven futbolista, quién no olvida el sacrificio tanto de su madre como de su padre cuando él entra a la cancha. “Muchas veces mi padre tiene que dar más vuelta en el colectivo hasta tarde, somos cincos hijos y la situación económica se vuelve difícil”.

Con respecto a lo anterior, Daniel desea ser uno de los mejores centrales de los últimos tiempos, quiere jugar en un equipo grande del mundo y ayudar a su familia, “recompensarlos por todo, y ayudarlos”, comentó emocionado.

Daniel, al igual que otros jóvenes deportistas, ya sean sus compañeros u otros chicos que practiquen otras disciplinas, se esfuerzan, luchan contra las adversidades y sacan lo mejor sí, tanto adentro como afuera de los entrenamientos, superarse minuto a minuto, para lograr alcanzar el éxito propio y el de Chile.

Entérate de todos los detalles, rutina y ambiciones de Daniel González, capitán de la selección chilena sub 17, en: http://jovenespromesas.biobiochile.cl/dgonzalez.html