Naciones Unidas acusó este lunes a las fuerzas ucranianas y a los separatistas prorrusos de cometer actos de “tortura” contra civiles en el este de Ucrania, donde ambos bandos se enfrentan desde hace ocho meses.

En un nuevo informe sobre derechos humanos publicado este lunes, Naciones Unidas lamenta un claro deterioro de las condiciones de los 5,2 millones de habitantes de las zonas en conflicto, máxime cuando se aproxima el invierno, quienes viven en casas sin agua ni electricidad.

“La situación se vuelve extremadamente complicada para la población, sobre todo para las personas mayores, niños y aquellas personas dependientes de instituciones públicas”, según el informe.

En noviembre, el gobierno ucraniano dejo de pagar las ayudas sociales a los residentes en territorios bajo control rebelde.

“Los esfuerzos del gobierno para proteger la integridad territorial de Ucrania y para restablecer el orden en las zonas en conflicto se acompañaron de detenciones arbitrarias, uso de torturas y desapariciones de personas sospechosas de ‘separatismo y terrorismo’”, según el informe.

“La mayoría de estas violaciones de los derechos humanos parecen haber sido cometidas por determinados batallones de voluntarios o por los servicios de seguridad ucranianos (SBU)”, según la misma fuente.

Naciones Unidas acusa igualmente a los rebeldes de haber creado “un Estado criminal” en los territorios bajo su control en las regiones industriales de Donetsk y Lugansk con el apoyo de “combatientes extranjeros”. Kiev y los países occidentales acusan a Rusia de apoyar militarmente a los separatistas prorrusos, acusaciones que Moscú niega.

“Como la ley y el orden se respetan cada vez menos, los miembros de los grupos armados apoyados por combatientes extranjeros cometen abusos como homicidios, torturas, secuestros para reclamar un rescate o trabajos forzados”, indica el informe.

El conflicto en el este de Ucrania ha dejado más de 4.600 muertos desde mediados de abril, según el último balance de la ONU.