A dos meses de que entre en vigencia la norma que obliga a las embarcaciones artesanales a contar con un posicionador satelital, dirigentes del sector se oponen a la medida y creen incluso que es posible aplazarla o derogar este artículo de la ley de pesca.

La exigencia del GPS rige a contar del 9 de febrero de 2015 para naves de una eslora superior a 15 metros y embarcaciones pelágicas de más de 12 metros. La mayoría están registradas en la región del Bío Bío.

El dispositivo consiste en un conjunto de elementos tales como equipos transmisores, satélites, estaciones de procesamiento de información, de manera tal de hacer posible el monitoreo de la operación de pesca de las flotas. Una eficaz herramienta de fiscalización, de acuerdo a la directora regional de Sernapesca, Marta Araneda.

La autoridad estima que esta herramienta beneficiará al sector al dar valor agregado a los recursos a través de la acreditación de origen legal, además de ayudar a prevenir la pesca ilegal y no declarada.

Sin embargo, los tripulantes artesanales no están de acuerdo, y plantean que en ellos va a repercutir la inversión que los armadores tengan que realizar para contar con estos nuevos equipos. Hernán Cortés, presidente de la Asociación Nacional de Pescadores artesanales, asegura que nadie está preparado para la entrada en vigencia.

Para facilitar el cumplimiento de la ley, se estableció una ayuda económica a los armadores artesanales, consistente en que aquellos que instalen el dispositivo, podrán descontar el 100% del gasto del pago de la patente por una sola vez, para ser utilizado durante el o los años siguientes una vez instalado el instrumento.

El dispositivo instalado emitirá una señal permanente, haciendo posible controlar las vedas por área; el control de cuotas de captura; la zonificación del esfuerzo pesquero y la regulación en áreas de convenio internacional.