El norte del estado de California vive este jueves los primeros efectos de una gran tormenta de lluvia y nieve, que dejó sin luz a miles de personas, informaron las autoridades estadounidenses.

Un portavoz del Servicio Nacional de Meteorología, Todd Morris, dijo a la AFP que se trata de “una de las tormentas más fuertes” de los últimos tres años.

“Es una tormenta muy peligrosa”, agregó el experto, quien afirmó que puede provocar graves inundaciones.

Los estados de Oregón y Washington, situados al norte de California, también están en alerta por este temporal, que se prolongará hasta el viernes.

Al menos 240 vuelos fueron cancelados en el aeropuerto internacional de San Francisco, informaron medios locales.

Durante la jornada se registraron importantes precipitaciones y se esperaba más de un metro de nieve en cotas altas en California, así como vientos cercanos a los 145 km/h en la costa, con picos de hasta 235 km/h.

En la bahía de San Francisco, al menos 150.000 abonados estaban sin electricidad por la caída de árboles y postes de luz debido a las fuertes rachas, según un portavoz de la Compañía del Gas y la Electricidad del Pacífico (PG&E, en inglés) citado por el diario San Francisco Chronicle.

En dicha ciudad cayeron entre 10,2 y 15,2 cm de agua durante la mañana del jueves, aunque en el norte de California se registraron lluvias de hasta 25,4 cm.

El aeropuerto de San Francisco tuvo que cancelar más de 200 vuelos, según la prensa local, mientras que la mayoría registraba retrasos de unas tres horas, informó la Administración Federal de Aviación (FAA, en inglés).

Además, se han cerrado escuelas y carreteras.

Las alertas por inundaciones afectan a ciudades repartidas en todo el estado, desde Sacramento hasta San Diego.

El Servicio Nacional de Meteorología aconseja de otro lado no transitar por zonas cercanas al océano Pacífico, donde las olas pueden alcanzar entre los 7,6 metros y los 9 metros.

Los expertos señalan que estas lluvias no aliviarán la intensa sequía que afecta este estado desde hace años.

Morris apuntó a que se necesitarían entre cinco y seis tormentas más de esta intensidad para notar una mejoría, mientras que la profesora Stephanie Pincetl, de la universidad UCLA, afirmó que debería registrarse varios años seguidos de fuertes lluvias para superar la sequía.