El primer ministro ruso, Dmitri Medvedev, anunció este miércoles que las sanciones que han impuesto los europeos a Rusia por la crisis en Ucrania le costará a la economía del Viejo Continente un total de 90.000 millones de euros en dos años.

“Nuestra economía ha perdido debido a las sanciones probablemente unas decenas de miles de dólares”, declaró Medvedev en la televisión pública rusa.

Pero “según los cálculos de nuestros economistas, la economía europea, solo con la renuncia a contratos con Rusia y las medidas restrictivas, ha perdido este año 40.000 millones de euros y perderá el año próximo 50.000 millones”, prosiguió, antes de agregar que las sanciones “no benefician a nadie”.

La Unión Europea, que en su conjunto es el primer socio comercial de Rusia, adoptó después de la anexión de Crimea en marzo, una batería de sanciones contra Moscú, que afectan desde el verano a los poderosos bancos públicos, privados de financiación y al sector petrolero, vital para el país.

Las multinacionales europeas han invertido masivamente estos últimos años en la economía rusa, para aprovechar el crecimiento mucho más dinámico que en la UE y el surgimiento de una clase media ávida de consumo.

En muchas ocasiones han denunciado las sanciones occidentales, alertando de las repercusiones para la economía europea y el empleo.