Navidad es ese momento del año en el que se mueven todas las emociones que por lo general llevan al estrés, tanto así, que en esta fecha hay que tomar resguardos para que no haya conflictos en tu relación sentimental.

El cierre del año suele remover sentimientos y ausencias, conflictos del pasado y traer a la luz susceptibilidades. Para que haya lugar para el encuentro es vital ponerse en los zapatos del otro, prestar el oído, y sobre todo no juzgar. Cada quien sabe qué le movilizan internamente estos días. Ten en cuenta estas sugerencias que pueden ayudarte a mantener la armonía en la pareja.

No conviertas a la Navidad en una lucha de poder: Las fiestas han de ser un momento de paz. Ambos miembros de la pareja han de consensuar: quizás para uno de los dos la Nochebuena revista una importancia religiosa y para el otro no, en cuyo caso bien pueden alternar pasar el 24 con la familia de uno y el 31 con la familia del otro.

Evita las discusiones: La Navidad suele destapar la olla a presión de resentimientos antiguos, cosas no dichas, etc. Si tienes asuntos pendientes con tu compañero de vida siéntate a la mesa del diálogo y convérsalo. No utilices un momento que debería ser de encuentro para hacer explotar antiguos rencores y pasar facturas pasadas.

Sé realista: Muchas veces las distancias geográficas y las situaciones económicas o laborales hacen que las parejas y familias no puedan reunirse para las fiestas. Aceptar que el amor no se modifica por estas coyunturas es señal de madurez; ya habrá tiempo para compartir con los seres queridos.

Privilegia el diálogo: En el caso de familias con padres separados, o parientes distribuidos en distintas ciudades o países, se impone un sinceramiento maduro. Privilegiando, sobre todo, qué opción será mejor para los niños. Si no se puede satisfacer los deseos de todos, es importante entender que no se trata de un tema de falta de voluntad o de deseo sino de una imposibilidad concreta y conversarlo.

No caigas en conflictos por cuestiones “operativas”: Piensa en el sentido de la Navidad. Estas son fechas para reforzar los valores humanos. Hacer de los obsequios un tema y llenarse de deudas cuando la economía familiar no acompaña, por ejemplo, no es buena idea.