Desde el 24 de noviembre los estudiantes de la Universidad Católica Silva Henríquez se encuentra movilizados tras conocerse un reajuste en el arancel del 7,6 por ciento, decisión que, según denunciaron los alumnos, se tomó de forma unilateral por parte de la casa de estudios.

Desde ese momento el edificio Casa Central ha vivido tomas y desalojos ordenados por la Universidad, según se desprende de una declaración pública de la Asamblea General de Estudiantes.

En la misiva además afirman que “su represión no intimidará nuestra organización, nuestras fuerzas no flaquean frente a su presión y sus tácticas, nuestra organización no es pequeña”.

La vocera de la asamblea de estudiantes, Natalia Véliz, aseguró que no hay negociaciones puesto que la casa de estudios ha puesto como condición bajar la toma.

Mientras que Demi Rojas, representante de los estudiantes de pegagogía, añadió que la decisión de los alumnos es mantener la toma.

Dentro del petitorio entregado por los estudiantes se demanda la rebaja del arancel, el aumento de alumnos con crédito con aval del Estado, la reestructuración de las becas internas y terminar con los castigos a la morosidad.