Jerome Boateng se sentiría honrado si un día fuera el primer jugador de color en convertirse en capitán de la selección alemana, declaró en una entrevista aparecida el miércoles en Sport Bild.

“Sería para mí un gran honor ser el primer jugador de color en llevar el brazalete de capitán de Alemania”, afirma el campeón del mundo en 2014, cuyo padre es ghanés.

“Lo llevé una vez brevemente durante un amistoso (contra Argentina en 2012) pero sería otra cosa entrar con el brazalete en el terreno”, añade el defensa central del Bayern Múnich, de 26 años, que ha jugado 50 partidos internacionales desde su primera aparición con su selección en 2009.

“No debería ser una cuestión de color de piel. Me considero alemán y me gusta mostrarlo”, señala el jugador berlinés, que consolidó su estatus de titular indiscutible en la Mannschaft durante el triunfo en el Mundial de Brasil.

Boateng estima que tiene las cualidades de líder para guiar al grupo de Joachim Löw: “El técnico ve que no soy el tipo de jugador que grita sobre el terreno, sino que expresa su aptitud para dirigir a través de mis prestaciones”.

Su compañero Bastian Schweinsteiger fue designado capitán tras la retirada de Philipp Lahm, pero durante su ausencia, el brazalete recayó en Manuel Neuer, otro compañero de Boateng en el Bayern Múnich.