La pregunta de arriba plantea una de las dudas más recurrentes entre quienes han tenido mascotas, las que en algún momento han debido dejar esta Tierra.

Para el papa Francisco no hay duda: los perros van al cielo, o al menos algo así esbozó en un discurso en la Plaza de San Pedro, en la Ciudad del Vaticano.

Citando al apóstol Pablo, el líder católico recordó cuando el santo vio a un niño llorando por su perro muerto, a lo que apaciguó diciendo: “Un día volveremos a ver a nuestros animales en la eternidad de Cristo”.

En la lectura, que abordaba el tema de la vida después de la muerte, Jorge Bergoglio -como se llama realmente- explicó que las Sagradas Escrituras aclaran que “todo ha sido creado por la mente y el corazón de Dios y por tanto todo será partícipe de su gloria final”.

El Paraíso está abierto a todas las criaturas y allí estaremos vestidos por la alegría y el amor de Dios, sin límite, estaremos cara con cara con Él y es muy bonito pensar así porque da fuerza al alma”, relató Francisco, según recoge El Confidencial.

Esta idea coincide por lo dicho previamente por Juan Pablo II, quien decía que no sólo los hombres y mujeres tenían un “aliente divino”, también los animales. En cambio, Benedicto XVI era más conservador, ya que alguna vez aseguró que: “Mientras para otras criaturas, que no son llamadas a la eternidad, la muerte significa solo el fin de la existencia sobre la Tierra, para nosotros el pecado crea una vorágine que amenaza con hundirnos para siempre si el Padre que está en los cielos no nos tiende su mano”.

Cabe esperar que el papa Francisco aclare estas pregunta en la Encíclica sobre Medio Ambiente y Naturaleza que se encuentra redactando,la que podría salir durante las primeras semanas del 2015.