El pasado jueves 20 de noviembre zarpó desde Bahía Mansa, región de Magallanes, la lancha “Mari Paz”, con un destino ya conocido por algunos de sus tripulantes, ya que nuevamente el equipo liderado por el investigador Juan Carlos Aravena de la UMAG, se internará en la Cordillera de Darwin para continuar con la tarea de hallar más pistas en la investigación del paleoclima de la zona.

Según informó Prensa Antártica, serán diez días de expedición con grupos de tres investigadores desplegados en el lugar, para obtener muestras en torno a tres grandes objetivos: la reconstrucción climática a través del estudio de anillos de árboles, el fechado de las variaciones glaciares a partir de métodos geológicos y el estudio del suelo en relación al ciclo de nutrientes existente en ambientes periglaciares.

Para el científico regional, se trata de una colaboración y esfuerzo logístico necesario para armar líneas de investigación y potenciar capacidades, lo que a su juicio va a permitir dar una mirada más general del tema en estudio. Un trabajo que es posible, dijo, gracias al financiamiento de distintos proyectos, entre ellos, un Fondecyt y uno perteneciente al programa Núcleo Milenio de Paleoclima del Hemisferio Sur.

El Dr. Esteban Sagredo, del Instituto de Geografía de la Universidad Católica, explicó que lo que quieren tratar de dilucidar es cuánto se demoraron los glaciares en retroceder después que terminó la última glaciación hace, aproximadamente, 18 mil años y, en esa lógica, agregó “poder determinar si todos estos procesos fueron igual en todas partes o existe una diversidad en la respuesta de los glaciares o en la señal climática que provocó esa respuesta”.

Del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), la Dra. Cecilia Pérez y sus investigadores buscarán responder más interrogantes sobre el desarrollo del suelo. Ya hubo un hallazgo en la expedición anterior y, por ello, hay buenas expectativas. “Descubrimos que luego que retrocede el glaciar, inmediatamente, llegan los organismos que tienen ciertas habilidades competitivas sobre otros para colonizar los lugares agotados en nutrientes, y son capaces de recuperar el ecosistema. Eso es lo más interesante que hemos encontrado ya que, efectivamente, a corto plazo se puede colonizar el área donde se ha retirado el glaciar”, subrayó.

Junto al botánico Juan Marcos Henríquez y la estudiante de pasantía, Inés Dusaillant, Aravena, en tanto, continuará en la búsqueda de anillos de árboles para reconstruir este pasado climático. Hasta la fecha, dijo que el material más antiguo que encontraron tenía dos mil años de antigüedad