Falta un mes para que comience el verano y en las calles aumenta la venta de anteojos de sol para cuidar los ojos de la radiación ultravioleta.

Pero, esto puede ser peligroso ya que hay lentes “de cuneta”, como popularmente se le llaman, que no entregan la protección que se requiere para nuestra vista.

Alejandro Lutz, oftalmólogo de la Clínica Las Condes, conversó con Expreso Bío Bío sobre esta temática.

Lutz explicó que, a la hora de comprar anteojos de sol, hay que fijarse que el producto tenga filtro de rayos UV. “Hemos medidos si tienen filtro UV o muchos de los lentes de la calle, y más o menos el 90% tienen filtro. El tema importante es que no sabemos cuáles tienen filtro y cuáles no, porque no tenemos ninguna garantía de la persona que está vendiendo”, dijo.

Por esto, aconsejó comprar este tipo de lentes en el comercio establecido, pese a que su valor es más alto. Pero, si no se maneja mucho presupuesto, un lente “de cuneta” puede ofrecer algo de protección.

El oftalmólogo aconsejó cuidarse constantemente de la radiación ultravioleta, ya que es capaz de dañar todas las capas del ojo e incluso de provocar cataratas.

Consultado sobre cuál es la mejor forma que debería tener un anteojo de sol, declaró que lo ideal son los que se usan para subir las montañas y que cubren los ojos por los lados. Para quienes quieran algo más normal, aconsejó comprar lentes un poco más curvos, para que proteja por el lado, o con las patas más gruesas. También añadió que los anteojos tipo aviador no protegen bien de los rayos UV.

Según el experto, su nivel de uso depende de la ubicación geográfica donde se esté. “Santiago tiene una radiación UV alta gran parte del año. Inclusive, en invierno tenemos radiación media. En invierno y verano deberíamos andar con lentes de sol para protegernos”.

Escucha la entrevista completa realizada por Scarleth Cárdenas y Patricio Cuevas en Expreso Bío Bío: