Qatar, en el centro de numerosas polémicas, entre ellas las duras condiciones de trabajo en las obras del Mundial-2022, prometió este domingo cambios en la legislación laboral para dar más derechos a los inmigrantes que trabajan en el emirato.

En un comunicado recibido por la AFP, el ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales del rico emirato gasista asegura que estas reformas afectan, entre otras medidas, al polémico sistema de apadrinamiento conocido como “kafala” y la concesión de visados de salida del país, dos prácticas duramente criticadas por las ONG internacionales.

“Nuestros proyectos (de reforma) siguen un proceso legislativo y deberíamos anunciar una nueva legislación de ahora al inicio del próximo año”, anunció el ministerio.

En mayo, Qatar, que cuenta con 1,6 millones de trabajadores extranjeros, ya anunció su intención de abolir la “kafala”, que otorga a las empresas la decisión de dejar a un inmigrante cambiar de empleo o impedirle abandonar el país.

“Una nueva ley de apadrinamiento, actualmente en examen, que sustituirá al obsoleto sistema de la ‘kafala’, se anunciará de ahora al próximo año”, insistió el comunicado.

El pasado miércoles, Amnistía Internacional (AI) tachó de “insuficientes” las medidas tomadas por Qatar para limitar los abusos contra los trabajadores inmigrantes empleados en las obras del Mundial de fútbol de 2022.

“Se necesita una acción urgente para que no acabemos teniendo un mundial construido sobre el trabajo forzado y la explotación”, denunció la organización pro derechos humanos.

En su comunicado, las autoridades de Doha rechazaron las críticas sobre que el emirato no ha hecho casi nada por mejorar la situación. “No es verdad”, según el ministerio de Trabajo.

El emirato, por ejemplo, redujo a 72 horas el plazo de espera para un inmigrante que desea obtener un visado para abandonar el país, una práctica hasta ahora discrecional de las empresas, según el ministerio.

“Estrategia del trabajo decente”

Entre las nuevas medidas que anuncia el ministerio, se establecerá un sistema para que los inmigrantes reciban sus salarios en un plazo máximo de siete días y se multiplicarán por cinco el importe de las multas para aquellas empresas que confisquen el pasaporte de sus trabajadores foráneos, otra práctica corriente en esta monarquía del Golfo.

El ministerio también anunció la construcción de “alojamientos de buena calidad” para los inmigrantes, la puesta en marcha de “un sistema electrónico para la presentación de demandas”, así como el cierre o sanciones para las compañías que no respeten las medidas de seguridad o infrinjan los horarios de trabajo en las obras.

Las autoridades qataríes afirmaron estudiar, en colaboración con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), un proyecto de “Estrategia de Trabajo Decente destinado a asegurar las normas que todas las empresas deberán respetar en Qatar”.

Los responsables, no obstante, se muestran poco precisos sobre la fecha en la que entrará en vigor las reformas.

“Como en todos los países del mundo, los cambios no se harán de un día para otro”, dijeron las autoridades. “Pero tenemos la intención de aportar cambios significativos y duraderos en beneficio de todos aquellos que viven y trabajan en Qatar”, agregó el ministerio, recordando que la mano de obra en el emirato es actualmente de 20 extranjeros por cada qatarí.

Corrupción y debate de fechas

La atribución de la organización del mundial a Qatar se ha visto salpicada también por sospechas de corrupción.

El pasado jueves, la Cámara de Enjuiciamiento de la Comisión de Ética de la FIFA, admitió que hubo “algunos hechos” que pueden ser “susceptibles de atentar contra la integridad del proceso” de elección de la sede, pero que están “lejos de alcanzar un nivel” que implique volver a reabrir el proceso de atribución de sedes, ni poner en duda Rusia (en 2018) y Qatar como anfitriones de estos torneos.

Esta conclusión fue criticada por el autor del informe en el que se basó la FIFA para tomar su decisión, el abogado estadounidense Michael J. García, que denunció una “lectura errónea” de su investigación.

Paralelamente, sigue el debate abierto sobre el periodo más idóneo para celebrar el torneo, ya que es imposible que se juegue en las fechas habituales (junio-julio) por el calor excesivo, con un choque de intereses entre la FIFA y los clubes y ligas, sobre todos, europeos.