Un hombre sobrevivió desnudo y abandonado durante 60 días en una pequeña isla abandonada en el mar Pacífico Sur. Se trata del extremo aventurero, Ed Stanfford, quien aceptó el desafío a nivel personal (con objeto de grabar la experiencia para Discovery) y destacó que su tarea más difícil fue reintegrarse en la civilización.

Ni comida, agua o ropa acompañaron a Stanfford, que además es el titular del récord mundial Guinnes por caminar la longitud del río Amazonas. Él sólo se dotó de una cámara para documentar la aventura. En una entrevista con la plataforma Boingboing, el hombre aseguró que su misión principal fue sobrevivir por sesenta días equipado con ningún instrumento de supervivencia.

Rodeado de naturaleza, árboles y una playa que parecía “un paraíso absoluto”, según describió el aventurero, llevó a cabo su hazaña en una isla deshabitada totalmente y ubicada nada más ni nada menos que en medio del Océano Pacífico.

¡Mucho frío!

Por la falta de abrigo, Ed Stanfford sufrió por las bajas temperaturas nocturnas. “Era muy frío. El viento llegaba por la noche, lo que me obligó a encontrar una cueva lo más rápido posible”, aseguró el aventurero. Pese a la incomodidad y el frío, Ed logró cubrirse con hierbas secas “como lo hacen los caballos” para sobrevivir.

Al tiempo, -y luego de taparse con hojas, arena y piedras- el viajero recurrió al primer invento del hombre “el fuego”, para lo que se construyó una chimenea que le permitiese brindarle calor durante toda la noche. “Tenía que despertar cada hora y media o, tal vez, dos horas para revivir el fuego” aseguró, aún así destacó que la experiencia fue “bastante agradable”.

¿Técnicas de supervivencia?

A pesar que Ed formó parte del ejército, en su experiencia como militar y expedicionista no aprendió mayores técnicas para sobrevivir, aseguró que salir de expedición y mantenerse vivo en una isla sin nada, son experiencias completamente diferentes.

“En la expedición uno lleva una mochila llena de cosas: comida, encendedores para prender un fuego, entre todo lo necesario para poder ejecutar una expedición, mientras que estando 60 días en una isla me dejó fuera de mi zona de confort”, señaló Ed.

La madera de los árboles se convirtió en un material clave para sobrevivir. El viajero aprendió a encender la fogata frotando dos palos. Respecto a su seguridad, comenzó a construir arcos y flecha con los restos de madera.

Momentos difíciles

Sin ayuda médica y con poca comida y abrigo, enfermarse se convirtió en una gran amenaza para Stanfford. “Estuve gravemente enfermo varias veces” declaró el viajero, asegurando que la situación afectó su moral.”Traté de animarme a mí mismo para no deprimirme, traté de tomar esos momentos como una lección de aprendizaje”, aseguró.

La hora de comer se convirtió para Ed en su momento favorito en la isla. “A eso de las cuatro de la tarde aprovechaba la marea baja para capturar algo de comer” señala el aventurero, “era entretenido recolectar cosas y después volver a cocinarlo todo junto”, agregó.

Volver a la normalidad: la parte más difícil

Pese a padecer hambre, frío y soledad durante 60 días continuos, Ed confesó que la parte más difícil fue reintegrarse a la sociedad. “Cuando llegué a casa, la vida no era tan fácil como creí” admitió, “por situaciones pequeñas hacía problemas muy grandes. Estaba desorientado, me sentía tímido, nervioso, no sabía como relacionarme”.

Además de esta experiencia, Standfford había pasado dos años y medio de su vida caminando por el Amazonas, aún así admitió que “nunca imaginó lo difícil que sería”.

“El mecanismo de supervivencia coloca una especie de barreras emocionales en la mente humana”, aseguró Ed Stanfford, “jamás pensé en las consecuencias al asumir este desafío, ni en ninguno de los anteriores. Sólo sé que aprendí a valorar la salud mental de una manera más seria, aprendí mucho en este viaje”.

http://youtu.be/07heCL0LnvA