Guinea Ecuatorial, pequeño país del África central dividido entre el continente y la isla de Bioko, desea aprovechar organización de la próxima Copa de África de fútbol (del 17 de enero al 8 de febrero) para lavar su imagen.

La historia de esta excolonia española hasta 1968 está marcada por la tragedia, pese a que el dinero del petróleo circule a raudales.

Con una superficie de unos 28.051 km² (repartidos entre una isla, donde se encuentra la capital Malabo, y una parte en el continente) para una población de 700.000 habitantes, Guinea Ecuatorial se independizó de España bajo la dirección del presidente Francisco Macias Nguema, que sumió al país en un régimen de terror que le valió el sobrenombre de “Pol Pot africano”, antes de ser derrocado en 1979 por su sobrino, el actual presidente Teodoro Obiang Nguema.

A favor de su elección
Estadios Nuevos: Un argumento decisivo para la Confederación Africana de Fútbol (CAF) tras las renuncia de Marruecos a organizar la Copa de África-2015 por la epidemia de Ébola en el África occidental y la negativa de las potencias continentales (Sudáfrica, Angola o Argelia) a albergar semejante evento en apenas dos meses.

Coorganizadora de la edición de 2012 junto a Gabón, Guinea Ecuatorial dispone de cuatro estadios que responden a las normas continentales: los de Malabo y, en la parte continental, Bata, Mongomo y Ebebiyin.

Infraestructuras recientes: Hasta hace solo dos décadas, este país estaba considerado el “pariente pobre” de una África central con petróleo. El descubrimiento de bolsas de crudo en el subsuelo guineano cambió esta situación y Guinea se convirtió en el tercer mayor exportador de petróleo subsahariano. El dinero del petróleo sirvió para construir infraestructuras: carreteras, hoteles, alojamientos, etc.

Distancias Cortas: Dada la pequeña extensión del país, las distancias que tendrán que recorrer los equipos participantes, entre sede y sede, no serán muy grandes.

Seguridad: Guinea Ecuatorial no se ha visto hasta ahora afectada por la epidemia de Ébola y tampoco por las amenazas de los grupos yihadistas que castigan a algunos de sus vecinos, como Nigeria y Camerún.

Contras de su elección:
Poco tiempo: Retomar la organización de una competición internacional en solo dos meses se antoja un desafío. El presidente de la CAF, Issa Hayatou, lo admitió el viernes en Malabo tras entrevistarse con el presidente Obiang Nguema: “A dos meses del torneo, para aceptar organizar una competición como esta, hay que admitir que hace falta ser un verdadero africano”.

Comunicaciones: Las conexiones aéreas interiores son escasas y pueden revelarse insuficientes para trasladar a los seguidores, delegaciones oficiales y periodistas. Lo mismo pasa con las telecomunicaciones. La red ecuatoguienana podría colapsarse en una región cuyo acceso a internet sigue siendo limitado, lento y poco fiable.

Capacidad hotelera: Pese a la construcción de numerosos hoteles, el número de plazas se antoja insuficiente como ocurrió el pasado mes de junio, durante la celebración en Malabo de una cumbre de la Unión Africana.

Clima Político: Las organizaciones pro derechos humanos han denunciado regularmente al régimen ecuatoguineano por la violenta represión utilizada contra opositores políticos, entidades de la sociedad civil y la prensa.

Para el presidente Obiang Nguema, organizar la CAN será la ocasión de cambiar la imagen del país, donde los servicios de seguridad están omnipresentes en la vida cotidiana y desconfían mucho de los extranjeros.

. ILEGITIMIDAD DEPORTIVA: Guinea Ecuatorial pasa a estar clasificada directamente para la CAN como país anfitrión, cuando el equipo ya había sido eliminado en julio en las eliminatorias al alinear a un jugador no seleccionable en la fase previa.