Es “imperativo” que los dirigentes norcoreanos respondan de sus actos ante la justicia internacional, declaró el viernes un responsable de derechos humanos de la ONU, que acusa a ese régimen de crímenes contra la humanidad.

Marzuki Darusman, responsable especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en Corea del Norte, considera que si deja “impunes” los crímenes cometidos por su predecesor antes de su llegada al poder, el líder norcoreano Kim Jong-Un se convertiría en “cómplice” de ellos.

La Asamblea General de Naciones Unidas podría estudiar la próxima semana una declaración defendida por la Unión Europea y por Japón que propone al Consejo de Seguridad encausar a los dirigentes norcoreanos ante la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes contra la humanidad.

El texto se basa en un devastador informe de una comisión de investigación de la ONU.

Esta comisión considera que “cientos de miles de presos políticos han perecido en los campos durante los últimos 50 años”, “gradualmente eliminados por deliberadas hambrunas, ejecuciones, torturas, violaciones”.

Pyongyang negó la veracidad de este informe y está actualmente llevando a cabo una contraofensiva diplomática para obstaculizar este proyecto. Corea del Norte ha ofrecido incluso acoger a investigadores de la ONU si se abandona la referencia al TPI.

“Que las cosas queden claras: es imperativo que rindan cuentas” los dirigentes norcoreanos, aseguró Marzuki Darusman. “Mas que nunca es fundamental permanecer firmes” en lo que respecta a esta exigencia, añadió.

La comisión de investigación, de la que Darusman es miembro, relata crímenes “masivos” perpetrados antes de la muerte en 2011 de Kim Jong-il, al que sucedió su hijo Jong-un.