Un llamado a la senadora Isabel Allende y al diputado Marcelo Schilling, a pronunciarse sobre la desaparición de los 43 estudiantes mexicanos, realizó un ex exonerado político, que compartió asilo con ambos parlamentarios, en la embajada de México, en 1973.

Esto, en razón de que fue éste país, que ahora sufre por el debilitamiento de su sociedad y por la corrupción en la policía y el gobierno, el que los acogió, en medio de la persecución política de la dictadura militar chilena.

Antonio Michel, recuerda que fueron miles de chilenos que recibieron educación, asilo y ayuda del pueblo mexicano, por lo que considera necesario que, desde el parlamento chileno, se retribuya con una palabra de solidaridad y apoyo a México.

Flor Espinoza González, mexicana, de 23 años, de paso en Chile como estudiante de intercambio en la Universidad de Valparaíso, reconoce la necesidad de que, mediante actos pacíficos, se pueda hacer notar la necesidad de un cambio. Relató además, algunas de las realidades de su país, corrompido por el narcotráfico, que ha movilizado a la sociedad civil a quemar el parlamento del estado de Guerrero, a salir a las calles y a pedir la renuncia del gobierno mexicano.

José Antonio Ramírez, otro estudiante mexicano, también reconoció que la historia de la criminalidad en su país, registra casos aún más horrendos como el que se ocultó con motivo de la cercanía con la realización de los juegos olímpicos de 1968, cuando decenas de estudiantes fueron asesinados en Tlatelolco. Desde hace más de 50 años, ya se ha visto cómo es necesario éste cambio.

Pablo Chamorro, uno de los manifestantes de la actividad realizada ésta semana en la Plaza Victoria de Valparaíso, señaló que las razones para alzar la voz son más que suficientes: En nuestro país, si bien no se vive el nivel de debilitamiento de las instituciones gubernamentales al nivel de lo que se ha conocido fuera de nuestras fronteras, igualmente tiene un sistema que sí corrompe a las personas en el poder, en un modelo similar al de muchos países que están sumidos en la desesperanza, a causa de la violencia. Por ello, es necesario estar alertas, y dar las señales de reprobación ante lo hemos conocido.

Chamorro, llamó a no naturalizar la muerte de ésta forma, como algo común, y a expresar, en lo más profundo, el sentimiento de indignación. Son 43 proyectos de vida, que se terminaron, un acto de profunda injusticia, sentenció.