La Comisión Regional de Uso de Borde Costero votó por entregar al Municipio de Talcahuano la concesión marítima del terreno donde se emplazaba la Aduana en Talcahuano, abandonado desde hace casi 5 años tras el terremoto y tsunami que lo destruyó.

Ubicado en la avenida Blanco Encalada, en pleno centro del puerto, el lugar representa uno de los puntos negros dentro de la reconstrucción de la zona arrasada por el desastre del 27-F.

El lugar es administrado por la gobernación marítima pues se encuentra en la zona a 80 metros de la más alta marea y su destino fue casi sellado en la última reunión de la Comisión Regional de Uso del Borde Costero, que tuvo que dirimir entre la petición de dos solicitudes de concesión.

Una era del municipio de Talcahuano y la otra de la asociación gremial de microempresarios de Talcahuano. Este último, un grupo de que comerciantes que se instaló en la plaza tras el terremoto, siendo posteriormente viéndose excluidos de un proyecto concreto.

La votación que se inclinó por entregar la concesión a la municipalidad tiene que ser ratificada por la subscretaría de las Fuerzas Armadas, quien debe tomar una decisión final, aunque lo habitual es que se respete la determinación adoptada por la Comisión Regional.

La otra iniciativa de los micrempresarios y comerciantes del puerto – la cual consideraba una bentoteca y una serie de servicios orientados al turismo-, recibió el apoyo de la ex ministra de Bienes Nacionales Catalina Parot, durante el Gobierno anterior, sin embargo hoy la situación es otra.

El municipio por su parte, tiene para este sector un proyecto de continuidad de renovación del borde costero.

El edificio que una vez albergó a la Aduana de Talcahuano, se estaba convirtiendo en una zona peligrosa, sirviendo de albergue a indigentes y delincuentes, pese a encontrarse a muy poca distancia de la prefectura de Carabineros.