Ucrania impuso el jueves un control de pasaportes en torno al Este rebelde prorruso, una nueva medida para aislar física y económicamente este territorio, donde siguen los combates pese a un alto el fuego cada vez más virtual.

Cualquier ucraniano o extranjero deberá a partir de ahora mostrar su pasaporte para entrar o salir de la zona bajo control rebelde, anunciaron los guardas fronterizos.

Además, los extranjeros que entren en el este por la frontera ruso-ucraniana controlada por los separatistas no podrán luego ingresar en el resto del país.

“Es territorio ucraniano. Pero como es administrado temporalmente por los rebeldes, debemos introducir controles”, comentó a la AFP un responsable de los guardas fronterizos, Serguei Astajov.

“Rusos armados penetran sin ningún obstáculo en esta zona desde el lado ruso. Debemos evitar que puedan ir más allá de esta región”, añadió.

El gobierno de Kiev ha endurecido el tono después de las elecciones del domingo en los territorios separatistas, sólo reconocidas por Rusia. Según Ucrania y los occidentales, estas elecciones constituyen un revés para el proceso de paz.

El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, declaró el martes que su gobierno sigue comprometido con el plan de paz acordado el 5 de septiembre en Minsk. Al mismo tiempo, anunció que aplicaría una serie de medidas para defenderse y aislar los territorios en manos de los secesionistas.

El gobierno ucraniano se enfrenta por otra parte a una grave crisis económica y carece de fondos. En este sentido, anunció el miércoles que dejaría de pagar los subsidios sociales para la región del Este.

En la práctica, esta decisión -que entra en vigor en los próximos meses- significa que los habitantes de estas regiones no recibirán sus subsidios salvo si se cambian a las regiones controladas por Kiev, indicó a la AFP una fuente del gobierno.

Hasta ahora, los jubilados que vivían en regiones bajo control rebelde, salían brevemente de ellas para cobrar sus pensiones, y luego retornaban a sus casas.

“TURISMO DE PENSIONES”

“Ahora se acabó el ‘turismo de pensiones’. Los que apoyan a los separatistas pueden quedarse con ellos, pero no se les va a pagar nada” dijo esta fuente. Ucrania prevé cortar en un futuro próximo cualquier financiación presupuestaria a estos territorios separatistas.

Según el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, esta zona recibía hasta ahora 34.000 millones de grivnias (1.800 millones de euros) en subvenciones anuales.

“Es el primer paso de una guerra económica” lanzada por Kiev contra los separatistas, tras haber fracasado en la guerra militar, dijo a la AFP el politólogo Taras Berezovets.

Entretanto, en el terreno militar la situación seguía siendo tensa, en particular en el feudo separatista de Donetsk, donde proseguían los disparos en torno al aeropuerto, epicentro de los combates desde hace varios meses, según constataron periodistas de la AFP.

Esta gran ciudad sigue impactada por la muerte el miércoles de dos adolescentes en el bombardeo de un campo de fútbol, mientras practicaban este deporte.

La tragedia generó un nuevo intercambio de acusaciones entre Ucrania, que acusó a Rusia, y Moscú, que abrió una investigación por crímenes de guerra contra las fuerzas ucranianas, a las que acusa de haber atacado deliberadamente una escuela.