Ucrania se replanteará sus compromisos en el marco de los acuerdos de paz para el este del país, que “han sido violados de forma grosera” por los comicios celebrados el domingo por los separatistas, declaró este lunes el presidente Petro Poroshenko.

“Esas seudoelecciones son una violación grosera del protocolo de Minsk del 5 de septiembre” firmado entre Kiev y los separatistas, afirmó Poroshenko en un discurso a la nación, prometiendo “replantearse” el plan de acción de Kiev.

El Consejo de seguridad nacional y defensa se reunirá el martes para abordar, entre otras cosas, “la supresión de la ley sobre el estatuto especial” de los bastiones separatistas, adoptada en septiembre y que les da por tres años una amplia autonomía, especialmente la posibilidad de crear “milicias populares”, y garantiza la amnistía para los combatientes que no hayan cometido crímenes sangrientos.

La adopción de ese texto fue ampliamente interpretada como una “capitulación” de las autoridades ucranianas tras una serie de fracasos militares frente a la ofensiva de los rebeldes, apoyados, según Ucrania, por tropas regulares rusas.

Mientras, los bombardeos regresaron a Donetsk tras la calma relativa del domingo.

Numerosos tiros de artillería y ráfagas de ametralladoras pesadas se oían en la tarde cerca del aeropuerto de este bastión rebelde, escenario de violentos combates en los últimos meses, según periodistas de la AFP. Largas columnas de humo se levantaban en distintas zonas alrededor del aeropuerto y se veían dos incendios.

La Unión Europea (UE) lamentó que las elecciones en el este constituyan “un nuevo obstáculo en la senda de Ucrania hacia la paz” y criticó a Rusia por reconocer los comicios separatistas.

Berlín no descartó, por su parte, nuevas sanciones europeas contra Moscú.

El presidente francés François Hollande pidió a su homólogo ruso, Vladimir Putin, que no reconozca unas elecciones “que podrían poner en entredicho la integridad territorial” de Ucrania.

El domingo, los líderes prorrusos y sus respectivos partidos cosecharon una esperada victoria en los comicios presidenciales y legislativos celebrados en los territorios bajo su control en las regiones de Donetsk y Lugansk.

Como en los mejores tiempos de la Guerra Fría, estos comicios avivan las tensiones entre Occidente y Rusia, país al que europeos y norteamericanos acusan de apoyar a los separatistas. Estos tienen su feudo en parte de la región industrial del Donbass, no controlada por el gobierno ucraniano prooccidental.

Rusia ‘respeta’ resultado de comicios

Por su lado, Moscú dijo “respetar” el resultado de estos comicios presidenciales y legislativos en las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, y aseguró que los mandatarios electos deben ahora “resolver los problemas prácticos y restablecer la vida normal” en estas regiones.

El viceministro de Exteriores ruso aumentó la presión sobre Kiev pidiendo que pusiera fin definitivamente a sus operaciones militares en el este y que hablase con los insurgentes en igualdad de condiciones.

“Este trabajo puede lograr resultados únicamente a condición de un diálogo de igualdad basado en el respeto mutuo, y si Kiev renuncia a las operaciones militares y a las notorias ‘operaciones antiterroristas’”, declaró Grigory Karasin a la agencia de noticias oficial rusa TASS.

Durante la votación del domingo, un portavoz militar ucraniano denunció por su parte el despliegue “intenso de equipamientos y de tropas” procedentes de Rusia.

Sectores de las fuerzas reunidas contra los soldados de Ucrania parecen estar tan fuertemente armados y tan bien organizados como un ejército regular, y frecuentemente se han visto largas columnas de camiones militares en la zona de la frontera ruso-ucraniana.

Los medios de comunicación ucranianos habían mostrado previamente imágenes de varias decenas de camiones militares sin identificación, presentados como “una columna rusa en las calles de Donetsk”.

Los insurgentes prorrusos se levantaron en armas en abril pasado, al mes siguiente de que Moscú se anexionara la península de Crimea, una decisión no reconocida internacionalmente.

Rusia justificó la anexión alegando que debía proteger a los ciudadanos de origen ruso, mayoritarios en Crimea, tras la revolución prooccidental y nacionalista que se produjo en Kiev a fines de febrero.

Respecto al este ucraniano, Moscú afirma que solamente proporciona a los rebeldes apoyo humanitario y político, pero no militar, contrariamente a lo que afirman los occidentales.