Con una distinguida versión de la ópera “Carmen” de George Bizet, prosiguió la Temporada Lírica 2014/2015 este sábado 1 de noviembre en el Teatro Nescafé de las Artes, a través de las transmisiones en directo, vía satélite, por el sistema HD desde el Metropolitan Opera House de Nueva York.
En esta ocasión se ofreció el tercer título de la temporada, la conocida ópera “Carmen”, en que junto a una dirección teatral impecable del británico Richard Eyre y la orquestal del español Pablo Heras-Casado, se contó con las notables interpretaciones principales de la mezzosoprano georgiana Anita Rachvelishvili como la seductora y casquivana gitana Carmen, y la del tenor letón Aleksandrs Antonenko, como su amante desesperado, el soldado Don José.
En otros roles aparecen también con gran brillo y seguridad vocal, el bajo lírico ruso Ildar Abdrazakov, como el presumido torero Escamillo y la soprano rumana Anita Hartig, como la sufrida y fiel Micaela.
El argumento de la ópera “Carmen” se centra en España, en la ciudad de Sevilla, a principios del siglo XIX. La hermosa gitana Carmen seduce al cabo Don José, provocando que éste rechace a su novia Micaela.
La relación con Carmen lleva a que Don José desobedezca a su superior, termine siendo degradado, y se una a un grupo de contrabandistas. La gitana termina siendo atraída por el torero Escamillo. Don José, cegado por la ira, la apuñala mortalmente.
Hay que destacar una vez más la belleza musical de esta ópera, con el aporte de una excelente escenografía y un vestuario algo moderno, con la original participación de una pareja de bailarines en bellos “pas de deux” en los preludios a los actos primero y tercero de la obra.
Lograron sobresalientes interpretaciones los dúos de Micaela y José, del acto primero y de Carmen y Escamillo del cuarto; las arias “Habanera” y “Seguidilla” de Carmen, del primer acto; la Canción Gitana, de Carmen, junto a Fasquita y Mercedes, del segundo acto; la famosa Canción del Toreador de Escamillo en el acto segundo y, por último, las importantes arias de la Flor, de don José, en el acto segundo y la de Micaela “Je dis que rien ne m’epouvante”, del acto tercero.
