Decenas de miles de personas se manifestaron este viernes por la mañana para pedir la dimisión “inmediata” del presidente de Burkina Faso, Blaise Compaoré, quien prometió el jueves una transición pero se niega a renunciar al cargo.

El jefe de filas de la oposición, Zéphirin Diabré, pidió este viernes al pueblo que “mantenga la presión” y denunció “una confusión generalizada en la cúspide del Estado”, después de que el ejército anunciara que tomaba el poder.

“El paso previo a cualquier conversación relativa a una transición política es, pura y llanamente, la marcha incondicional del señor Blaise Campaoré”, insistió.

“Blaise lárgate” o “Kuamé Lugué al poder”, gritaban este viernes los manifestantes congregados delante del estado mayor de las fuerzas armadas. Kuamé Lugué es un general retirado y ex ministro de Defensa.

El país vivió el jueves un día de caos, con el incendio del parlamento y el asalto a la televisión pública, que provocó la intervención de los militares.

El jueves por la noche se oyeron disparos cerca de la sede de la presidencia, vigilada por soldados de la guardia presidencial que impedían el acceso al edificio, indicó un periodista de la AFP en el lugar.

El balance de los disturbios del jueves sigue siendo incierto. Según la oposición, los enfrentamientos dejaron unos treinta muertos y más de cien heridos, aunque no precisó si el balance se refiere a la capital, Uagadugú, o a todo el país.