Los ucranianos votaban este domingo en elecciones legislativas anticipadas, que probablemente consagrarán a los partidos pro occidentales en el poder, frente al separatismo pro ruso del este del país.

Los sondeos indican que la mayoría de ucranianos apoya las reformas económicas y democráticas, en especial la lucha contra la corrupción, que conduzcan finalmente a la integración en la Unión Europea.

La participación a mediodía era moderada y solo habían votado el 20.3 % de los ucranianos frente al 24,6 % de 2012, según cifras parciales difundidas por la comisión electoral.

La mañana ha trascurrido sin incidentes, salvo el ocurrido en la región de Kirovograde, en el centro del país, donde tres jóvenes y conocidos candidatos del bloque pro-presidencial han sido agredidos con piedras cuando grababan en vídeo un intento de compra de votos.

Por primera vez en la historia de esta república ex-soviética, las fuerzas pro occidentales serán mayoría en el Parlamento y el Partido Comunista ucraniano podría quedar fuera del reparto de escaños.

El presidente Petro Poroshenko, elegido en la primera vuelta en mayo, convocó estas elecciones legislativas anticipadas en un intento de pasar definitivamente la página del presidente prorruso Viktor Yanukovich, caído tras meses de protestas pro occidentales en la plaza de Maidan en Kiev.

Reformas

Se trata de unos comicios cruciales para el futuro de Ucrania, tras un año de crisis en el que despertar del sentimiento separatista ha desembocado en la anexión de Crimea por Rusia y en un conflicto armado en el Este que ya ha dejado 3.700 muertos.

Poroshenko visitó este domingo electoral la cuenca minera que comprende las regiones insurgentes de Donetsk y Lugansk, donde los comicios legislativos están siendo boicoteados por los insurgentes.

De regreso a Kiev, tras votar, ha dicho que espera formar “un equipo fuerte y eficaz para llevar a cabo las reformas necesarias que lleven la paz a Donbass”. En esta zona, alrededor de tres millones de electores de los cinco millones que viven en ella no podrán votar.

El jefe del Estado ha dejado claro que sigue apostando por el frágil proceso de paz iniciado con la participación de Rusia: “Ninguna crítica (…) me impedirá buscar una solución pacífica”, advirtió.

El nuevo parlamento tendrá que adoptar reformas radicales destinadas a sacar a Ucrania de la profunda recesión en la que se encuentra, agravada por el conflicto en el Este industrial, luchar contra la corrupción endémica y acercarse a la Unión Europea, con la que acaba de firmar un acuerdo de libre cambio rechazado el año pasado por Yanukovich.

También deberá ahondar en las dolorosas medidas de austeridad que le exigen los acreedores occidentales a Kiev, en particular el FMI, desde que ayudaron a salvar al país de la bancarrota tras la retirada del apoyo financiero ruso. La situación se ha agravado por el conflicto del gas con Rusia, que priva a Ucrania de gas ruso y amenaza al suministro europeo.

La tarea parece gigantesca ante un conflicto muy costoso y destructivo que se eterniza. La situación se había calmado con motivo de estas legislativas anticipadas y en los últimos días, no se ha registrado ningún muerto civil ni militar, aunque el ministerio del Interior avisó de que esperaba “provocaciones”.