“Pánico” existe estos días entre un grupo de féminas de Romeo -un pueblo de Rumania- donde se conoció el caso de un joven que murió tras padecer Sida. El problema es que antes de fallecer se involucró sexualmente con unas 40 mujeres, quienes están en riesgo de ser diagnosticadas con la misma enfermedad.

Fue en los resultados de la autopsia que se conoció la afección que tenía el joven, y quien jamás reveló a sus amantes que había contraído el virus del VIH, probablemente por temor a espantarlas, según informó el sitio de noticias Página 7, citando una historia del diario Daily Mail.

Este casanova rumano fue identificado como Daniel Decu, de 24 años, quien sólo contó lo que vivía a su madre, quien tampoco comentó la enfermedad a sus conquistas.

Pero esta situación podría traerle más de algún problema a la familia, ya que de las 40 “viudas”, dos ya han sido confirmadas con el virus del VIH. De hecho, el mismo alcalde de la localidad, Nicolae Popa, acusó a la madre de tener “la culpa de la terrible situación en la que nos encontramos”.

La historia tiene ribetes novelescos, puesto que el médico que atendía a Decu intentó revelar la enfermedad públicamente, tras saber que éste tenía relaciones con su hijo, sin embargo, una vez más la madre jugó un rol en el silencio, ya que lo amenazó de contar la verdad.

Rumania tiene estipulado una ley que señala que aquella persona que contagia a otra de Sida, sabiendo que tenía la enfermedad, puede pagar con pena de cárcel de entre 5 y 15 años. En este caso los cargos podrían recaer en la madre.