Un misionero español, de la misma orden que los dos muertos por ébola en agosto y septiembre en Madrid, pudo salir este sábado del hospital, donde al mismo tiempo mejoraba el estado de la funcionaria de salud infectada por el virus, informó el gobierno.

Teresa Romero, una técnica sanitaria del Hospital Carlos III de Madrid que el 6 de octubre se convirtió en la primera contagida de ébola fuera de África tras haber tratado a los dos misioneros fallecidos, “evoluciona favorablemente”, informó el ejecutivo en un comunicado.

Fuentes médicas afirmaron a la prensa que la carga viral de la paciente podría confirmarse muy pronto como casi nula.

“Por otra parte, ha sido dado de alta el misionero de la Orden de San Juan de Dios que fue puesto en investigación el pasado jueves, según han informado los médicos del centro hospitalario”, agregó el comunicado.

Cuatro personas habían sido ingresadas el jueves en España por presentar algún tipo de síntomas como fiebre: un delegado de la Cruz Roja en Sierra Leona, un pasajero procedente de Nigeria, una persona que estuvo en el entorno de Romero y el misionero.

Todos había dado resultados negativos el viernes a una primera prueba de ébola y estaban pendientes, según el comité especial creado por el gobierno español para gestionar la crisis, de un segundo test.

Las restantes “tres personas que están en investigación” seguían este sábado pendientes de esa segunda prueba, afirmó el ejecutivo.

Otras 15 personas permanecían en observación en el Hospital Carlos III, especializado en enfermedades tropicales y altamente contagiosas, “por haber mantenido contacto” con Romero. “Siguen todas ellas asintomáticas”, subrayó el comunicado.

Dos misioneros de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, Miguel Pajares de 75 años y Manuel García Viejo de 69 años, fueron repatriados en aviones medicalizados del ejército español en agosto y septiembre desde Liberia y Sierra Leona.

Aislados en una planta especializada del Carlos III, ambos fallecieron pocos días después de su llegada a Madrid.