La policía de Hong Kong anunció este martes que continuará con la operación para expulsar a los manifestantes prodemocracia de los lugares que ocupan desde que comenzaron las protestas para reclamar un sufragio universal pleno a Pekín.

Antes del amanecer, unos 150 policías quitaron las barreras metálicas colocadas por los manifestantes en el barrio comercial de Causeway Bay y restablecieron parcialmente la circulación, indicó un periodista de la AFP presente en el lugar.

Las policía ya ha advertido de que las operaciones de desmantelamiento continuarán en el barrio Mongkok, situado en la parte continental de Hong Kong, aunque no ha precisado cuándo.

Este barrio popular, conocido por la fuerte presencia de la mafia china, “es un lugar de riesgo”, argumentó un portavoz de las fuerzas de seguridad.

Enfrentándose a la tutela china, los manifestantes exigen elegir libremente al próximo jefe del ejecutivo de Hong Kong en las elecciones de 2017, demanda a la que se opone Pekín, ante el temor de que el contagio reivindicativo se extienda a otros territorios conflictivos.

CANSANCIO ENTRE LOS HABITANTES DE HONG KONG

El bloqueo de las calles epicentro de la protesta ha perturbado gravemente la actividad cotidiana de este enclave semi-autónomo situado en el extremo sur de China, así como la de sus más de siete millones de habitantes.

El ya conocido como “movimiento de los paraguas”, iniciado el 28 de septiembre, se ganó en un principio la simpatía de los hongkoneses, pero los continuos atascos y el cierre de escuelas y comercios ha vuelto a muchos en contra de los manifestantes.

Durante los últimos días se han registrado altercados, en ocasiones violentos, que han enfrentado a manifestantes y a personas que se sospecha podrían ser matones de las triadas (la mafia china), acusados de actuar espoleados por las autoridades del gobierno central de Pekín.

Pero la protesta va extinguiéndose progresivamente y los manifestantes ven impotentes cómo la vida en las calles de Hong Kong vuelve a su curso.

La policía empezó a desmantelar el lunes una de las principales barreras que bloqueaban el barrio de Admiralty y aunque intentaron reconstruirlas, este martes los coches habían reemplazado a los paraguas en la avenida Queensway.

Los manifestantes no han opuesto resistencia a las operaciones de la policía y algunos lloraban.

“Nos vamos porque no tenemos medios para resistir, pero no abandonaremos nuestra lucha”, ha espetado una joven al borde de las lágrimas.

Un sondeo publicado este martes por la Universidad de Hong Kong indicó que el índice de popularidad del jefe del ejecutivo local, Leung Chun-ying, había caído un 2,6 % desde finales de septiembre hasta el 40,6 %, el segundo porcentaje más bajo desde su llegada al poder en 2012.

“El movimiento Occupy no se rendirá mientras que Leung no nos ofrezca una solución”, ha asegurado Alex Chow, uno de los líderes de la protesta que reclama su dimisión.