Nicaragua amaneció este martes en calma y bajo una alerta preventiva declarada por el gobierno, tras un terremoto de 7,3 frente a su costa del Pacífico la noche del lunes. Éste no dejó víctimas, aunque algunos daños menores en viviendas, según reportes.

En la capital y otras ciudades las actividades se reanudaron con normalidad excepto la actividad escolar que fue suspendida como medida preventiva, ante el riesgo de las réplicas del evento principal.

Tras el terremoto de 7,3 grados con epicentro frente al Golfo de Fonseca (océano Pacífico), cuyas aguas comparten Nicaragua, El Salvador y Honduras, se han registrado 17 réplicas, la más fuerte de 5,0 grados, según el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter).

La portavoz del gobierno, Rosario Murillo declaró que no se reportaron víctimas y los daños en viviendas son menores, según un monitoreo de organismos de la defensa civil.

Murillo consideró que “con un sismo tan grande hemos sido afortunados y la mano de Dios esta protegiéndonos”.

En los departamentos de León y Chinandega en noroeste del país y más próximos al epicentro, los habitantes de las zonas costeras se trasladaron a lugares seguros por temor a un tsunami, aunque el martes retornaron a sus viviendas.

El hospital de León y algunas clínicas privadas evacuaron a pacientes o les dieron de alta, según reportes de prensa.

El delegado del gobernante Frente Sandinista en León, Evertz Delgadillo, declaró a la prensa que unas dos mil viviendas construidas con adobe o taquezal (tierra, madera y pasto) resultaron con daños leves en paredes y tejados.

El sismo se sintió con fuerza en casi toda la costa del Pacífico de Centroamérica.