Este martes el Tribunal de Garantía de Quintero dictó una pena de 4 años y 6 meses de libertad vigilada contra Benjamín Montero por su responsabilidad en el atropello que ocasionó la muerte de Roberto Timmermann el 20 de abril de este año en Maitencillo.

Lo anterior se generó tras un juicio abreviado y luego que se cumpliera la ampliación de 30 días solicitada por los abogados querellantes que aludieron en su momento a diligencias pendientes.

Adicionalmente, el tribunal ordenó la suspensión perpetua de la licencia de conducir de Montero y una multa de 8 UTM.

El fiscal jefe de Viña del Mar, Pablo Avendaño, expresó su satisfacción asegurando que el fallo ratifica la rigurosidad de la investigación desarrollada por el Ministerio Público y que el tribunal, junto con acoger todos los planteamientos del organismo persecutor, aplicó una pena más alta de lo habitual en este tipo de casos.

En tanto, el abogado de la familia Timmermann, Álvaro Varas, aseguró que se encuentran “moderadamente conformes” ya que se logró una pena acorde a la legislación vigente en el momento en que ocurrió el hecho y la dificultad que implicó la investigación, pese a que habían solicitado una pena de 5 años de presidio menor en su grado máximo considerando los agravantes expuestos en la audiencia.

Sin embargo, sostuvo que la familia está en su derecho de apelar si lo estiman conveniente.

Paula Vial, abogada de Benjamín Montero que solicitaba una condena de 540 días de pena sustitutiva para permitirle continuar su segundo año de Ingeniería Comercial, afirmó no quedar conforme con la sentencia. Junto a ello, pedía rebajar la inhabilidad de conducción a suspensión de licencia por dos años y efectuar, finalmente, el pago de la multa en cuotas.

Es por tal motivo que, ante el dictamen, ya anunció analizar la posible interposición de recursos, porque cree que al menos debería haberse bajado en un grado la condena, dadas las atenuantes presentadas.

En cuanto a las agravantes presentadas por los abogados querellantes de la causa, se encuentra el informe entregado por la Sección de Accidentes de Tránsito (SIAT) de Carabineros, donde se determinó como causa basal del accidente la desatención por parte de Montero del móvil que conducía para posteriormente perder control y desviarse hacia la derecha sobre la berma, atropellando a Timmermann. La prueba de campo efectuada por los peritos policiales establece que Montero posteriormente se dio a la fuga sin prestar colaboración a los lesionados.

También se pudo estimar, a través de profesionales, que Montero al momento del accidente habría conducido con 1.39 gramos de alcohol por litro de sangre.

A lo anterior se añaden las evidencias encontradas en el sitio del suceso -piezas de un vehículo, el espejo retrovisor y una estructura delantera de éste- que fueron cotejadas con la camioneta que manejaba Montero y que fue entregada por el padre joven, constatándose que dichas piezas faltaban.

Ello, sumado a que el vehículo tenía rastros de ropa y manchas de sangre que, según la pericia genática forense del Laboratorio de Carabineros (LABOCAR), tenían un 99% de posibilidades de corresponder a Roberto Timmerman.

La autopsia arrojó otra de las agravantes expuestas por los abogados como un antecedente nuevo y fundamental, estableciéndose que el joven falleció entre 1 a 3 minutos tras el impacto que habría sido frontal. Por ello, los querellantes defendieron la tesis de que Montero habría visto que atropelló a una persona, lo que desmintió en todas sus declaraciones.