El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel García-Margallo, defendió este lunes la repatriación de los misioneros infectados de ébola asegurando que el ejecutivo conservador hizo “lo que tenía que hacer”.

“El Gobierno hizo lo que tenía hacer. El deber de un Estado es proteger a sus ciudadanos y más aún cuando están en circunstancias difíciles lejos de España”, afirmó García-Margallo en una entrevista que publica este lunes el diario El País.

El jefe de la diplomacia española recordó que “así lo han hecho todos los países avanzados que han tenido este problema”.

“¿Cómo íbamos a dejar a dos compatriotas que han entregado su vida por los demás”, dijo, por su parte, el titular de Interior, Jorge Fernández Díaz en la televisión pública española.

“Hemos actuado con dignidad”, dijo Fernández Díaz, añadiendo que “dos compatriotas, que están en una situación de extrema necesidad, que van a morir, que quieren ser repatriados a su país, y España va a decir no, no… por el amor de Dios”.

“Si estaban contagiados de ébola es porque estaban entregando su vida literalmente al servicio de los pobres entre los pobres”, añadió el ministro del Interior, recordando que si no los hubieran repatriado “habría que ver lo que se nos estaría diciendo”.

España repatrió el pasado 7 de agosto al misionero Miguel Pajares, de 75 años, que se había contagiado de ébola en Liberia, mientras que el 22 de septiembre se trasladó desde Sierra Leona a otro religioso, Manuel García Viejo, de 69 años.

Pajares falleció el 12 de agosto, mientras que García Viejo también murió el 25 de septiembre.

La auxiliar de clínica, que actualmente lucha contra la enfermedad en el hospital Carlos III de Madrid, había atendido a ambos religiosos.

Según el último parte médico, en la noche del domingo, la técnica sanitaria, Teresa Romero, se encuentra “estable”, mientras siguen ingresadas en observación otras quince personas que tuvieron contacto con ella y que por ahora no presentan ningún síntoma.