El indio Kailash Satyarthi, galardonado este viernes con el Nobel de la Paz, junto a la paquistaní Malala Yousafzai, ha ayudado a recuperar su libertad a decenas de miles de niños tratados como esclavos por hombres de negocios o terratenientes.

“Le doy las gracias al comité Nobel por este reconocimiento del sufrimiento de millones de niños”, dijo el galardonado, quien afirmó estar “encantado” con la noticia del premio, en declaraciones recogidas por la agencia Press Trust of India (PTI).

El Nobel de la Paz vive modestamente y siempre mantiene un bajo perfil. Nació en 1954 en el estado indio de Madhya Pradesh y desde hace 30 años ha estado en primera línea contra el trabajo y la explotación infantil.

En su país ésta es una práctica habitual, por lo que Kailash Satyarthi, encabeza la organización Global March Against Child Labor (Marcha mundial contra el trabajo infantil), donde participan un conjunto de 2.000 grupos sociales presentes en 140 países. “Algo que nació en India ha ido creciendo y es ahora un movimiento mundial contra el trabajo infantil”, dijo Satyarthi.

Kailash Satyarthi afirma que su conciencia social se despertó cuando, a los seis años, vio a un niño de su edad, frente al colegio, ayudando a su padre a lustrar zapatos.

Satyarthi inició su labor denunciando los almacenes o fábricas de India donde trabajaban menores, lo que le permitió liberar a familias enteras obligadas a trabajar para devolver un préstamo. El activista también ha convocado numerosas manifestaciones no violentas contra la explotación infantil, siguiendo la “tradición de Gandhi”, como lo subrayó el comité Nobel al justificar el premio.

“¿Si no es ahora, entonces cuándo? ¿Si no tú, entonces quién? Si somos capaces de responder a estas preguntas fundamentales, entonces quizá podamos acabar con la mácula de la esclavitud humana” afirma Satyarthi.

El presidente del comité Nobel noruego, Thorbjoern Jagland, recordó que “se calcula que hay 168 millones de niños trabajadores en el mundo actualmente”.

Al premiar a Satyarthi y a Malala, de 17 años, el Comité Nobel quiso saludar el combate de ambos contra “la opresión de los niños y de los jóvenes, y por el derecho de todos los niños a la educación”.