Los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) seguían avanzando este jueves en la localidad kurda siria de Kobane, fronteriza con Turquía, que persiste en su negativa a enviar tropas.

“Pese a la resistencia feroz de las fuerzas kurdas, el EI avanzó por la noche y se adueñó de más de un tercio de Kobane”, afirmó a la AFP el director del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), Rami Abdel Rahman.

“Los yihadistas se han apoderado del edificio de las fuerzas de seguridad kurdas, en el noreste de la ciudad”, añadió el director de esta ONG siria.

Los combatientes kurdos que defienden Kobane saben que dependen de sus propias fuerzas, ya que Washington ha reconocido que los bombardeos aéreos de la coalición no bastarán para salvar la ciudad del asalto yihadista.

“No es realista esperar que Turquía dirija una operación terrestre por su cuenta” declaró el canciller turco, Mevlut Cavusoglu, tras reunirse con el secretario general de la ONU, Jens Stoltenberg.

Kobane se ha convertido en un símbolo de la resistencia ante el imparable EI en Siria, y su caída ante medios de comunicación del mundo entero, que están apostados en el lado turco de la ciudad, sería una victoria rotunda.

Nuevos ataques aéreos se produjeron el jueves en la noche (hora local), informó el OSDH.

Previamente la coalición liderada por Estados Unidos destruyó dos unidades militares del EI, un edificio que los albergaba y dos vehículos, así como un campo de entrenamiento.

“Las indicaciones son que la milicia kurda aún controla la mayoría de la ciudad” aseguró una fuente militar estadounidense.

“Los ataques aéreos no ayudan por sí solos” explicó sin embargo un refugiado de Kobane a la AFP.

Once combatientes del grupo islamista murieron y cuatro fueron capturados, informó el Observatorio.

Con tanques y armas sofisticadas, el EI batalla desde el lunes contra unos milicianos kurdos menos numerosos y peor armados.

Si toman Kobane por completo, los yihadistas controlarán una franja ininterrumpida en el norte de Siria, bordeando la frontera con Turquía.

Se necesita infantería

Unas 500 personas han muerto en los enfrentamientos y unas 300.000 han abandonado la región, dos tercios hacia Turquía desde que se inició el asalto a mediados de septiembre.

El presidente Barack Obama reconoció de nuevo, tras una reunión con su estado mayor, que este pulso con los yihadistas “no es algo que se vaya a resolver de la noche a la mañana”.

Según el Pentágono haría falta el concurso de tropas “competentes” en Siria.

Según Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, los yihadistas han adoptado una táctica más escurridiza desde que empezaron los ataques aéreos.

“Ya no plantan banderas ni se desplazan en grandes convoyes como hacían antes (…) Tampoco establecen cuarteles generales que sean visibles”, dijo el general a la cadena ABC.

El coordinador de la alianza internacional, el general en retiro John Allen y el enviado especial estadounidense en Irak, Brett Mcgurk, viajaron a Ankara para presionar al gobierno.

El Parlamento turco autorizó al gobierno a intervenir contra los yihadistas en Irak y Siria, pero de momento Ankara se niega a apoyar a las milicias kurdas que defienden Kobane.

El gobierno turco prefiere la creación de una zona de separación en el norte de Siria para proteger a los refugiados y las zonas bajo control de los rebeldes moderados, una opción que no está sobre la mesa en este momento.

Rusia puntualizó por su lado que la eventual creación de esa zona deberá ser aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU.

La batalla de Kobane tiene enfurecidos a los kurdos de Turquía, que exigen que Ankara ayude militarmente a esta localidad. Al menos 23 personas han muerto durante las protestas.

Las manifestaciones de kurdos en Europa también continuaron el jueves.

Por otra parte el OSDH informó también de bombardeos de la aviación siria en la localidad de Irbin, en manos de los rebeldes, con al menos 25 muertos.