La infección por ébola de una auxiliar de enfermería en España, primer caso fuera de África, suscitaba este martes temores a una propagación del virus y llevó a Bruselas a pedir explicaciones a Madrid.

La preocupación y la incredulidad reinaban en España tras conocerse el contagio, pese a todas las medidas de seguridad anunciadas por las autoridades, de una auxiliar de enfermería que trató en un hospital de la capital a dos misioneros infectados de ébola y que fallecieron.

Esta mujer de 40 años fue trasladada durante la noche desde un hospital de Alcorcón, un suburbio en el sur de Madrid, al mismo Hospital Carlos III donde habían sido ingresados los religiosos contaminados en África, informó a la AFP una portavoz sin dar detalles sobre su salud.

La sanitaria, que se encontraba de vacaciones, había comunicado el 30 de septiembre a su centro que se sentía mal pero éste consideró que los síntomas, fiebre inferior a 38,6 grados y astenia, no cumplían los criterios de sospecha y no fue ingresada.

El domingo la paciente, casada y sin hijos, acudió al hospital de Alcorcón donde, según la prensa, insistió para que se le hiciera la prueba del ébola. Una treintena de personas que estuvieron en contacto con ella están siendo seguidas por las autoridades sanitarias.

¿Qué falló?

“Hubo evidentemente un problema en algún momento”, consideró Frederic Vincent, portavoz de la Comisión Europea, que pidió al ministerio de Salud español “que esclarezca” lo ocurrido.

A pesar de este caso “no hay inquietud” en Bruselas, afirmó, asegurando que la propagación del virus “en Europa sigue siendo una hipótesis altamente improbable”.

En opinión de sindicatos de enfermeros españoles, las medidas de seguridad fueron “ineficaces” durante la hospitalización de los misioneros.

“Ha habido algunos fallos que hemos denunciado con el primer caso y se tomaron las medidas para corregirlos inmediatamente”, explicó Charly Manuel Torres, portavoz del sindicato CSIF. “Uno de los fallos que he visto es que sigue sin darse cursos, sin dar protocolo de actuación a la gente que es nueva”, agrega.

“Se está investigando cuál ha podido ser el mecanismo de infección de esta profesional”, afirmó la directora general de Salud Pública, Mercedes Vinuesa, en una comparecencia ante la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados.

La mujer había entrado en dos ocasiones en la habitación donde estaba aislado el segundo de los misioneros, Manuel García Viejo, de 69 años, repatriado con el virus desde Sierra Leona el 22 de septiembre y fallecido tres días después.

“De acuerdo con la información disponible entró con todo el equipo de protección”, aseguró Vinuesa.

Otro misionero, Miguel Pajares, de 75 años, había muerto en el Carlos III el 12 de agosto tras haber sido repatriado cinco días antes desde Liberia.

Llamado de Obama

Según el último balance de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la fiebre hemorrágica del Ébola ha causado 3.439 muertos en África occidental de los 7.478 casos registrados en cinco países: Sierra Leona, Guinea, Liberia, Nigeria, Senegal.

Se registró también un pequeño brote en la República Democrática de Congo y el lunes apareció una enfermedad emparentada, la fiebre Marburg, en Uganda, con un muerto y ocho casos sospechosos.

A estas cifras hay que añadir un caso en Estados Unidos, descubierto la semana pasada, cuatro días después de que el enfermo, primer diagnosticado fuera de África, llegara al país procedente de Liberia.

El presidente norteamericano Barack Obama subrayó el lunes que los riesgos de epidemia de ébola en Estados Unidos son “extremadamente débiles”, asegurando que la calidad del sistema de salud es capaz de controlar la propagación de la enfermedad.

Consideró, sin embargo, que ante el avance de la epidemia en África occidental, la respuesta de la comunidad internacional está siendo “insuficiente” y anunció que presionará a sus homólogos para que se impliquen más en esta lucha.

La Unión Africana (UA) ya había reclamado antes más medios contra el virus.

Guinea, Liberia y Sierra Leona, los países más afectados por esta epidemia de fiebre hemorrágica, “no tienen sufiente personal de salud” y “una parte sucumbió a la enfermedad”, declaró la presidenta sudafricana de la Comisión de la UA, Nkosazana Dlamini-Zuma.