Yusef Ali abraza a su anciano padre levantando los brazos frente a uno de los lugares más sagrados del islam, mientras ambos sonríen para una selfie, una novedad que se ha impuesto este año en el hach.

Pero no todos están contentos con que los jóvenes peregrinos del mundo entero hagan constantemente selfies, fotografías tomadas por uno mismo, mientras siguen las reglas del hach que son la cima de la vida espiritual musulmana.

Desde la Tawaf -el rito que consiste en circunvalar siete veces la sagrada Kaaba en La Meca- hasta las oraciones en el monte Arafat y la lapidación del “diablo” en Mina, todas las etapas centrales del hach han sido grabadas en celulares y cámaras para la posteridad, y para compartir enseguida en las redes sociales.

El hach es una de los mayores concentraciones religiosas del mundo. Este año han viajado más de dos millones de fieles a Arabia Saudita.

“Como este es mi primer peregrinaje, para mí es importante documentar todos los acontecimientos que pasan a mi alrededor”, explica Ali, de 24 años, a la AFP, mientras saca una foto de sí mismo ante un gran cartel verde donde pone “El Gran Jamarah”, que se refiere al muro donde los musulmanes lapidan de forma ritual a Satán.

“Tomo fotos en todos los sitios a los que voy, sobre todo ahora que existen están pequeñas cámaras que ofrecen vistas panorámicas”, asegura con una sonrisa este kuwaití, que viste un pantalón de chándal y unos sandalias.

Pese a sus 65 años, el padre de Alí no ve nada malo en tomar fotos de uno mismo. “Los que lo hacen inmortalizan una experiencia excepcional para muchos musulmanes”, asegura.

Dos mujeres que visten negras abayas, largas túnicas que cubren todo el cuerpo, apresuran el paso hacia el Gran Jamarah, pero no sin detenerse antes para un selfi.

El fenómeno creciente ha suscitado, sin embargo, controversias entre los musulmanes más conservadores. Algunos no han dudado en criticar en Twitter a los peregrinos que hacen selfis.

“Cuando hicimos el umra (peregrinaje menor a La Meca) a mediados de los noventa, a mi padre casi le confiscan la cámara con gritos de ‘haram’ (ilícito), mientras que ahora todos hacen selfis” con sus celulares, escribe un fiel, sorprendido, en Twitter. “¡Vaya mundo!”.

“Es para conectar con Alá y purificar el alma. No deberían hacerse selfis durante el hach”, defiende otro usuario.

Un profesor de teología de Riad contactado por la AFP no ve “ningún problema si las fotos se hacen para un uso personal”.

“Pero si se toman con el fin de exhibirse, están prohibidas, sobre todo las que se hacen durante el hach”, añade.

Por eso “es mejor que los musulmanes eviten las fotos”, concluye este profesor, que prefiere guardar el anonimato por lo difícil que resulta hablar de religión en el reino ultraconservador.

Para otra joven peregrina, “estos argumentos no convencen” porque los selfis “no tienen nada que ver con la religión”.