Las fuerzas de seguridad turcas emplearon el lunes gases lacrimógenos para forzar a decenas de periodistas y civiles kurdos a abandonar la zona fronteriza casi pegada a la ciudad siria de Kobane, escenario de combates entre los kurdos y los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI).

Es el segundo día consecutivo en que las fuerzas armadas recurren a los gases lacrimógenos para desalojar esta zona cada vez más peligrosa, debido a los disparos de mortero desde Siria, según un corresponsal de AFP.

“Váyanse o de lo contrario intervendremos”, amagó el ejército por altavoces colocados en camiones.

Los periodistas, así como los kurdos que siguen inquietos por los combates en Kobane – una ciudad kurda estratégica -, debieron retroceder hasta unos 700 metros de la frontera.

El ejército ya ordenó el domingo despejar la zona después de que un disparo de mortero hiriera a cinco personas en territorio turco.