Los kurdos libraban este viernes combates encarnizados contra el grupo Estado Islámico (EI) a las puertas de la ciudad siria de Kobane, que Turquía ha prometido defender haciendo “cuanto pueda” para impedir que caiga en manos de los yihadistas.

“No queremos que Kobane caiga (…) Haremos cuanto podamos para que Kobane no caiga”, afirmó el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu.

Una espesa humareda se elevaba sobre esta ciudad de mayoría kurda del norte de Siria, y los disparos de obuses de mortero se sucedían, ha comprobado la AFP desde la frontera turca, a unos pocos kilómetros de distancia.

Pese al avance constante de los yihadistas, no se tiene constancia que la coalición dirigida por Estados Unidos haya intensificado los bombardeos.

El último comunicado del mando estadounidense informa de cuatro ataques el miércoles y jueves en Siria, uno de ellos cerca de Kobane, con la ayuda de los Emiratos Árabes Unidos.

Desde hace varios días los yihadistas se han acercado por el sur, el este y el sureste a Kobane, defendida a duras penas por combatientes kurdos que son inferiores en número y armamento.

Según el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), Rami Abdel Rahman, “los combates continuaron toda la noche y esta mañana” en la línea del frente, situada como mucho a dos kilómetros de Kobane, llamada Ain al Arab en árabe.

Las Unidades de Protección del Pueblo (YPG, principal milicia kurda) han destruido dos vehículos blindados del EI a menos de dos kilómetros de Kobane, añadió.

Idris Nahsen, un responsable local kurdo, afirmó a la AFP que las YPG han destruido un tanque del EI a unos 4 kilómetros de la ciudad, provocando una espesa humareda negra visible desde la frontera.

Desde el 16 de septiembre, “defendemos Kobane. Estamos solos. Pedimos a la comunidad internacional que se una a nosotros en esta batalla contra el terrorismo” y nos proporcione armas y municiones, dijo.

“Los kurdos son masacrados”

“Es una matanza cometida ante los ojos del mundo entero”, ha afirmado otro testigo, Burhan Atmaca. “El mundo permanece en silencio mientras los kurdos son masacrados”, denuncia.

El EI lanzó el 16 de septiembre un asalto contra la ciudad, apoderándose de casi 70 pueblos y provocando el éxodo de al menos 160.000 personas a Turquía, por miedo a las atrocidades cometidas por este grupo yihadista.

Esta organización, que cuenta con decenas de miles de hombres, muchos de ellos reclutados en el extranjero, controla zonas en el norte y el este de Siria, un país devastado por más de tres años de guerra civil. Además ocupa extensos territorios en el vecino Irak.

La toma de Kobane, donde todavía quedan miles de civiles, permitiría al EI controlar una franja de territorio ininterrumpida en la frontera con Turquía.

Frente a esta amenaza, el parlamento turco autorizó el jueves operaciones militares contra el EI en Irak y en Siria dentro de la coalición internacional integrada por unos 50 países. También dio luz verde al acantonamiento de tropas extranjeras en su territorio.

Australia se une a los bombardeos

Australia se ha convertido este viernes en el último país en unirse a los bombardeos aéreos contra el EI en Irak.

En la lucha contra el EI, Estados Unidos quiere acompañar los bombardeos con otras dos medidas: por un lado reforzar el ejército iraquí y, por otro, a la rebelión siria “moderada” que lucha contra el régimen de Bashar al Asad, al que considera ilegítimo, y contra los yihadistas.

Los yihadistas del EI están acusados de crímenes contra la humanidad en el califato que han proclamado en las regiones bajo su control (violaciones, secuestros, ejecuciones y crucifixiones) y los países occidentales temen que cometan atentados en sus territorios, como han amenazado con hacer.