Militantes prodemocracia se enfrentaron el viernes con habitantes de Hong Kong exasperados por las manifestaciones de los últimos días y amenazaron con no concurrir a las conversaciones previstas con el gobierno local hongkonés si no cesan estos “ataques organizados” contra ellos.

Los enfrentamientos tuvieron lugar cuando la gente reanudaba su trabajo, tras dos días feriados, en dos de las zonas comerciales más concurridas de Hong Kong, provocando la intervención de la policía para separar a ambos grupos.

En Causeway Bay y Mong Kok, varios grupos intentaron derribar barricadas en una aparente reacción contra las manifestaciones, que han paralizado áreas de la ciudad.

“¡Devuélvannos Mong Kok! ¡Nosotros, los hongkoneses necesitamos comer!”, gritaba un hombre, mientras intentaba derribar barricadas.

“No apoyo a Occupy Central. Nosotros tenemos que trabajar y ganar dinero. Occupy no es más que un juego”, declaró por su parte un trabajador de la construcción que dijo llamarse Lee.

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La policía intentó alejar a estos habitantes enfurecidos que rodeaban a los prodemocracia en un lugar que estos últimos ocupaban desde hace cinco días.

Ademas de separar a ambos grupos, la policía abrió el camino para que pasaran ambulancias, pero no quedaba claro por el momento si había heridos.

El jefe del gobierno local de Hong Kong, Leung Chun-ying, lamentó una situación “cercana a la anarquía”.

“Como sociedad civilizada, no podemos seguir permitiendo que se produzcan incidentes de este tipo”, declaró.

En este contexto, tres influyentes grupos prodemocracia afirmaron que “si el gobierno no impide inmediatamente los ataques organizados contra partidarios del movimiento Occupy, los estudiantes suspenderán el diálogo sobre la reforma política con el gobierno” local de Hong Kong.

Anteriormente, también este viernes, unos cien militantes prodemocracia se enfrentaron a la policía delante la sede del gobierno local.

La policía forzó su paso en medio de los manifestantes, que estaban bloqueando uno de los accesos a las oficinas del gobierno, afirmando que un agente herido de gravedad necesitaba ser evacuado en ambulancia.

Los manifestantes se negaron a moverse y gritaron “¡mentirosos, mentirosos!”. Finalmente, los policías lograron pasar.

Los militantes prodemocracia habían dado un ultimátum a Leung Chun-ying para que dimitiera antes del jueves a medianoche.

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En una alocución media hora antes de que expirara ese plazo, el dirigente se negó a dimitir, pero, en lo que parece una concesión significativa, encargó a su número dos Carrie Lam que dialogue con un destacado grupo estudiantil, que ha estado en la vanguardia de la movilización prodemocrática.

Algunos manifestantes sospechan que Leung podría estar tratando de ganar tiempo, a la espera de que la población de Hong Kong se canse de las protestas, que han obligado al cierre de escuelas, bancos y negocios y la suspensión de servicios de transporte público.

En un primer momento, el movimiento Occupy Central, uno de los principales de la protesta, había dado la bienvenida a la oferta de diálogo, que espera suponga “un giro ante el bloqueo político actual”.

Philippe Lopez | AFP

Philippe Lopez | AFP

Pekín se mantiene firme

El 31 de agosto, China dijo que los hongkoneses podrán elegir por sufragio universal al jefe de su gobierno en 2017, pero entre una lista reducida de candidatos nombrados por un comité leal al poder central de Pekín.

Los manifestantes rechazan de plano esta condición, y acusan a Pekín de proponerles una “falsa democracia”.

En un editorial publicado este viernes, el Diario del Pueblo, órgano de comunicación del gobernante Partido Comunista Chino, dejó claro que Pekín no está dispuesto a ceder.

“Hacer respetar la decisión” del comité permanente de la Asamblea Nacional Popular (Parlamento) es “una decisión necesaria y la única decisión” posible, escribe el diario.

Las manifestaciones son “contrarias a los principios legales y están condenadas al fracaso”, añade.

Hong Kong, colonia británica hasta 1997, es una región administrativa especial que goza de una serie de libertades (de expresión, manifestación) y un sistema político multipartidista que no existen en la China continental, gobernada por el Partido Comunista (único).