Los líderes estudiantiles de la protesta prodemocracia en Hong Kong anunciaron el viernes que suspenden el diálogo con el gobierno tras los incidentes registrados en sus puntos de concentración, que consideran provocaciones orquestadas por las autoridades.

En varios lugares ocupados desde hace una semana, habitantes y comerciantes atacaron a los manifestantes, en su mayoría estudiantes, quienes reclaman la instauración del sufragio universal y elecciones al gobierno local sin la injerencia de Pekín.

En Causeway Bay y Mong Kok, varios grupos intentaron derribar barricadas en una aparente reacción contra las manifestaciones, que han paralizado áreas de la ciudad, sin que las fuerzas de seguridad pudieran intervenir, constató la AFP.

“¡Devuélvannos Mong Kok! ¡Nosotros, los hongkoneses necesitamos comer!”, gritaba un hombre, mientras intentaba derribar barricadas.

Durante horas, los dos campos se intercambiaron puñetazos e insultos. Los servicios sanitarios atendieron a varias personas con la cara ensangrentada, si bien la policía se negó a informar del número de personas heridas y detenidas.

En Causeway Bay, el barrio comercial más caro del mundo, manifestantes y periodistas informaron de que grupos de diez o veinte jóvenes enmascarados destruyeron los campamentos de los manifestantes antes de desaparecer.

Los líderes estudiantiles acusan a sus rivales de reclutar hombres para provocar altercados y desacreditar este movimiento que movilizó desde domingo a decenas de miles de personas y alteró la actividad de la ciudad.

¿Ataque de triadas?

La Federación de estudiantes de Hong Kong (HKFS) anunció el viernes por la noche que no tenía “otra opción que suspender el diálogo” después de que “el gobierno y la policía” se mostraran impasibles ante los actos violentos de las “triadas”, organizaciones criminales que actúan en la excolonia británica y en otros territorios chinos.

Asimismo, varios testimonios coincidentes informaban de agresiones sexuales en varios lugares de la ciudad, considerada habitualmente como una de las más seguras del mundo. La policía evacuó a tres jóvenes manifestantes, tras ser agredidas sexualmente.

AFP Photo | Alex Ogle

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El movimiento prodemocracia reclama también la dimisión del jefe del ejecutivo local, Leung Chun-yuing, a quien consideran una marioneta de Pekín. China acepta el principio de elecciones por sufragio universal, pero conservando el control de las candidaturas.

Los estudiantes, punta de lanza del movimiento, dieron a Leung de plazo hasta el jueves a medianoche para dimitir. Sin embargo, poco antes de esa hora, el jefe de gobierno local rechazó dejar su cargo, pero propuso una oferta de diálogo.

Hong Kong, ex colonia británica, atraviesa su mayor crisis política desde su devolución a China en 1997.

En el barrio de los ministerios, estallaron este viernes de nuevo enfrentamientos entre manifestantes y policías. “Como sociedad civilizada, no podemos seguir permitiendo que se produzcan incidentes de este tipo”, indicó Leung Chun-ying, quien lamentó una situación “cercana a la anarquía”.

La “revolución de los paraguas”, bautizada así en las redes sociales, tiene una importante repercusión en el extranjero, donde se llevaron a cabo concentraciones de apoyo en varios países.

Pero sometida a fuertes presiones mediáticas y diplomáticas, China advirtió a Washington que no se involucre en esta crisis política. La Unión Europea, por su parte, mostró su “preocupación”.

El Partido Comunista Chino aumentó la cesura contra las redes sociales y detuvo a al menos una decena de disidentes, que mostraron su apoyo a los manifestantes hongkoneses, según asociaciones de defensa de derechos humanos.

Las manifestaciones son “contrarias a los principios legales y están condenadas al fracaso”, alertó en un editorial, el Diario del Pueblo, órgano de comunicación del PCC, mientras que para el ministros de Finanzas de Hong Kong, John Tsang, las protestas amenazan con “perjudicar de manera permanente la confianza del mercado” en esta plaza financiera mundial.