No importa que tanto calor haga, los japoneses no se acercan a las playas después del 1 de septiembre.

A pesar que su verano no estuvo muy agradable debido a las bajas temperaturas, la idea de acudir a un balneario tras la fecha establecida es impensable para los japoneses. Así lo dio a conocer el periodista de la cadena inglesa BBC, Michael Fitzpatrick, quien escribió una columna donde intenta explica dicho fenómeno

Cuando les pregunto a las autoridades locales a cargo de la mejor playa de Tokio, Isshiki Beach en Hayama, -calificada por algunos como dentro de las 100 mejores del mundo- la vocera me dice que está cerrado porque “no hace calor y no es verano“. Sin embargo, el termómetro marca 28 grados y todos a mi alrededor están sudando bajo el sol”, explicó Fitzpatrick.

Esta situación le pareció muy extraña al profesional, por lo que siguió indagando en el tema hasta que encontró una respuesta. “Básicamente, los japoneses son muy respetuosos de la ley. Se nos ha enseñado a no nadar cuando no hay salvavidas”, le explicó el japonés, Nobuo Sato.

Dese pequeño los japoneses aprenden que el otoño inicia a la medianoche del 31 de agosto, por lo que a partir del día siguiente, se retiran a los salvavidas de las playas y dan por terminado el periodo de veraneo.

Los ciudadanos, por su parte, obedecen sin objetar y siguen la normativa, como lo hacen con todas las otras reglas puestas por la autoridad. “Muchos de nosotros somos tan sumisos a la autoridad que nunca vamos a pensar en desafiar el status quo“, dice Sato.

El periodista británico, intenta explicar el fenómeno citando a Timothy Takemoto, creador del blog Japanese Culture (Cultura Japonesa). “Una explicación formulada es el ‘factor kata’. Este argumenta que en base a las artes tradicionales, como el karate o la ceremonia del té, los japoneses aprenden una variedad de ‘kata’ -esquema o formas apropiadas de comportamiento para una variedad de situaciones- que se aplican en la vida cotidiana”.

Otra de las razones por las que se no se realizan viajes a la playa en esta fecha, es la aparición de las medusas, algo que el mismo Fitzpatrick comprobó. “Tal vez debería haber prestado más atención a esta advertencia. La última vez que intenté bañarme en el mar en Hayama inmediatamente me picó una medusa”, finaliza.