Las protestas en Hong Kong son “asuntos internos de China”, dijo el miércoles en Washington el ministro de Relaciones Exteriores chino, Wang Yi, en respuesta al llamado de Estados Unidos a que Pekín demuestre “moderación” ante los manifestantes prodemocracia.

“El gobierno chino declaró muy firme y claramente su posición. Los asuntos de Hong Kong son asuntos internos de China”, aclaró Wang Yi durante un encuentro con el secretario de Estado, John Kerry, en Washington.

“Todos los países deberían respetar la soberanía de China y esto es un principio básico en las relaciones internacionales de los gobiernos”, dijo Wang.

“Creo que cualquier país, cualquier sociedad, no permitiría estos actos ilegales que violan el orden público. Es el caso en Estados Unidos y es el caso en Hong Kong”, acotó el jefe de la diplomacia china.

En su respuesta, Kerry sin embargo renovó los llamados a que las autoridades de Pekín mantengan la moderación frente a las protestas en la excolonia británica, donde decenas de miles de manifestantes exigen el sufragio universal sin límites.

El jefe de la diplomacia estadounidense reiteró el pedido de “moderación” de las fuerzas de seguridad y de “respetar el derecho de los manifestantes a expresar su opinión de manera pacífica.” También reafirmó el “apoyo” de Estados Unidos al “sufragio universal en Hong Kong.”

Por su parte, el presidente Barack Obama dijo a Wang que Estados Unidos “sigue de cerca los acontecimientos en Hong Kong” y “expresó su esperanza de que se resuelvan las diferencias entre las autoridades y los manifestantes en Hong Kong por medios pacíficos “.

También se expresó la consejera de seguridad nacional de Obama, Susan Rice, quien dijo que las conversaciones con los líderes chinos representaban “una oportunidad para discutir en profundidad sobre el potencial futuro de las relaciones chino-estadounidenses”, según nota de la Casa Blanca.

Obama tiene previsto visitar Pekín del 10 al 12 de noviembre.

La campaña de desobediencia civil en curso desde hace semanas en la excolonia británica, un territorio que goza de más libertades políticas que el resto del país, se intensificó de forma espectacular este fin de semana, y se ha convertido en el episodio de violencia urbana más grave desde que el territorio fue devuelto a China en 1997.

Decenas de miles de manifestantes se reunieron el miércoles para una demostración de fuerza en el día de la fiesta nacional china, con líderes estudiantiles blandiendo la amenaza de una escalada para forzar la dimisión del jefe del Ejecutivo. La exigencia es de la aceptación del sufragio universal pleno y completo en 2017.

En agosto, el gobierno central había anunciado que la elección del líder del ejecutivo de Hong Kong en 2017 será por sufragio universal, pero sólo podrán presentarse dos o tres candidatos designados por un comité leal a Pekín.