Miles de argentinas hicieron el lunes un simbólico abrazo al Congreso en Buenos Aires para exigir la sanción de una ley que garantice el aborto legal, en un país donde se practicaría medio millón de abortos por año.

“Ni una sola mujer muerta por aborto clandestino”, rezaba un gran cartel que portaban los manifestantes convocados por más de 300 organizaciones sociales, entre ellas Amnistía Internacional.

También participaron legisladores de diversos partidos que han firmado el anteproyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.

“Esta es una asignatura pendiente de la democracia y el Congreso”, dijo Adela Segarra, del Frente para la Victoria, partido de la presidenta Cristina Fernández, quien no se manifestó favorable al aborto.

Para Segarra, los abortos clandestinos “son la primera causa de mortalidad materna en nuestro país y la legislación actual viola el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo”.

El diputado Claudio Lozano (centroizquierda) exhortó a abandonar las “justificaciones religiosas o de otro tenor que terminan validando un mercado clandestino que lucra con la vida de las mujeres”.

En Argentina, donde el aborto terapéutico es legal, la interrupción del embarazo no es considerada un delito cuando es originada por una violación.