El inicio de la primavera trae consigo los malestares típicos por las alergias, como estornudos y ojos llorosos. Sin embargo, es común que muchas personas confundan alergias con resfríos y recurran a tratamientos equivocados.

Oscar Venegas, inmunólogo y director del Centro de Alergias e Inmunología del Sur, CAIDS señala que si bien es cierto que comparten algunos síntomas como la congestión, ojos llorosos, mucosidad y abundancia de estornudos, hay diferencias fundamentales que permiten diferenciar a las alergias de los resfríos.

Los cuadros de alergias respiratorias, corresponden a un fenómeno inflamatorio secundario del organismo en respuesta a un componente ambiental, generalmente de tipo orgánico, como es el caso del polen. Los síntomas que la diferencian de los resfríos, son la picazón en la nariz y la persistencia o recurrencia de esta sensación.

Por otra parte, un resfrío tiene como agente causal una infección viral, la cual es contagiosa en sus primeros días y se distingue de las alergias por cuadros de fiebre, tos, disminución del apetito y dolores musculares, además de la duración de los síntomas, los cuales se extienden por una semana, generalmente.

Hans Scott | Agencia Uno

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Retomando las alergias, el profesional hace la diferencia entre los pólenes que las causan y los que no, señalando que -contrario a la creencia popular- las flores “bonitas”, es decir, las que representan algún tipo de atractivo a la vista, rara vez producen alergias, debido a que su polinización es de tipo entomófila. Esto último se refiere a que se produce mediante insectos, por lo tanto, el polen de estas especies es más grande, pesado y pegajoso, ya que está hecho para impregnarse en las extremidades de los insectos.

Asimismo, Oscar Venegas aclara que las plantas que producen alergia son aquellas que generan pólenes livianos, pequeños y no pegajosos, y que no representan atractivo para los insectos, tales como el pasto y la maleza, o los pinos y aromos, dándose el fenómeno de aeropolinización, o sea, por el aire. Es precisamente este polen que se encuentra suspendido el que genera las comunes alergias durante la primavera.

Además, el director del Centro de Alergias e Inmunología del Sur explica que el origen de las alergias se debe a tres factores:

Atopía: Corresponde a una predisposión genética a sufrir distintos tipos de alergias.

Alérgenos: Aquí se encuentran todos aquellos componente que producen una respuesta inflamatoria, como el caso del polen durante la primavera. También están los agentes intradomiciliarios como los ácaros del polvo, hongos, lanas y caspas de animales. Y además se pueden contar los agentes de tipo alimentarios, los medicamentos y los insectos.

Adyuvantes: Son aquellos elementos que favorecen el desarrollo de alergias de la vida, tales como una lactancia materna limitada o una crianza higienizada, es decir, cuando no se deja que los niños tengan contacto con la naturaleza o con el entorno.

De acuerdo a lo que explica el profesional, la crianza higienizada en extremo finalmente hace que el sistema inmune se “desactive” o no se active bien durante la infancia, por lo tanto, se distorsiona la respuesta de nuestro organismo, sensibilizándose frente a agentes como el polen, pasto, entre muchos otros.

Por lo anterior, señala que el mejor entrenamiento a nuestro sistema inmune es estar en contacto con la naturaleza durante la infancia.