La policía australiana mató de un disparo a un “conocido presunto terrorista” que apuñaló a dos agentes, un día después de que el grupo Estado Islámico (EI) llamara a los yihadistas a matar australianos de manera indiscriminada, se informó este miércoles.

El sospechoso, un joven de 18 años de edad, fue muerto el martes de noche tras haberse presentado en una comisaría de las afueras de Melbourne a la que fue citado para una audiencia “de rutina”.

En el lugar fue recibido por dos miembros del equipo de lucha contra el terrorismo, ante los que sacó un cuchillo que tenía escondido y los apuñaló varias veces hasta que uno de los oficiales empuñó su arma y lo mató de un disparo.

“Puedo informar que la persona en cuestión era un conocido sospechoso de terrorismo, considerado de interés para los organismos policiales y de inteligencia”, dijo este miércoles el ministro de Justicia australiano, Michael Keenan.

“El incidente tuvo lugar durante una investigación policial, y todo parece indicar que el disparo fue en defensa propia”, añadió. Los policías se encuentran en una situación estable informaron los médicos.

El sospechoso tendría vínculos con el grupo yihadista Al Furqan, una organización que estuvo en la mira de la policía en 2012, según la Australian Broadcasting Corporation. Su familia sería originaria de Afganistán.

Según informes de medios de comunicación, el joven muerto por la policía habría proferido amenazas contra el primer ministro Tony Abbot y también habría sido visto con una bandera del EI. También se mencionó que se le había anulado su pasaporte, items éstos que Keenan no confirmó, como tampoco reveló su identidad y ocupación.

No obstante, si bien considera seriamente la amenaza yihadista en Australia, “llamó a mantener la calma”.

Los investigadores seguían al joven “desde hacía varios meses”, declaró el jefe de policía de Victoria, Ken Lay. “Tenía una idea fija en la cabeza, hacer el mayor daño posible a estas dos personas”, añadió.

Este incidente tuvo lugar al día siguiente de que EI llamara a los yihadistas a la matanza indicriminada de ciudadanos de los países que integran la coalción liderada por Estados Unidos, como Canadá, Francia y la propia Australia.

Por su parte, la canciller Julie Bishop afirmó que Canberra ha tomado muy en serio la amenaza y considera que el país puede ser un objetivo del grupo islamista que creo un “califato” a caballo entre Irak y Siria.

La semana pasado hubo redadas en Sídney y Brisbane contra presuntos yihadistas. El gobierno calcula que unos 60 australianos luchan en filas del EI, otros 20 regresaron al país y al menos 100 realizan trabajos de apoyo desde éste.

Australia ha desplegado 600 soldados en Emiratos Árabes Unidos y envió ocho aviones de combate a la región.